Hacienda

Ocde prevé que el crecimiento global en la segunda mitad de 2025 se ubicará en 3,2%

Hubo mejora en las proyecciones más recientes frente a junio, cuando se esperaba que el PIB llegara a 2,9% al cerrar 2025. También hay mejoría regional para Chile y México

Santiago Arrieta

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, presentó su informe intermedio de perspectivas económicas, en el cual ve la economía global en la segunda mitad de 2025 con mayor optimismo al mejorar la proyección de crecimiento de PIB para este años, de 2,9% a 3,2%, aunque mantiene la expectativa para 2026 en 2,9%.

A pesar de una mejora en la previsión para este año, advirtió sobre la necesidad de ajustar con precisión las políticas fiscales, monetarias y estructurales en un contexto de tensiones comerciales, riesgos inflacionarios y señales de debilitamiento en el mercado laboral.

El balance del primer semestre del año mostró un crecimiento más resistente de lo esperado. Varias economías emergentes sorprendieron con cifras al alza gracias al repunte de la producción industrial y al comercio internacional, impulsado en parte por el fenómeno del front-loading, en el que exportadores y consumidores adelantaron compras para anticiparse a la entrada en vigor de nuevos aranceles, sobre todo en Estados Unidos.

Por esto, la proyección para la economía de Estados Unidos no es favorable, proyectan que pasará de 2,8% en 2024 a 1,8% en 2025. Uno de los puntos más críticos del informe es la política arancelaria estadounidense. Desde mayo, Washington elevó de manera sustancial las tarifas bilaterales contra la mayoría de sus socios comerciales, llevando la tasa efectiva de aranceles a 19,5 % a finales de agosto, el nivel más alto desde la década de 1930.

Si bien esta medida generó un aumento temporal de las exportaciones hacia el mercado norteamericano, el traslado de los costos ya comienza a afectar a los consumidores y a la actividad empresarial, y la Ocde advierte que los impactos plenos de esta escalada aún no se han manifestado del todo, por lo que el comercio internacional podría sufrir con más fuerza en los próximos trimestres.

Hacia 2026, la Ocde prevé que la inflación general continuará descendiendo, pero la subyacente se mantendrá relativamente estable, lo que obligará a mantener la vigilancia en las políticas monetarias. El organismo recomienda a los bancos centrales estar preparados para reaccionar con rapidez ante nuevos brotes inflacionarios, pero también aprovechar cualquier espacio para reducir gradualmente las tasas de interés si las expectativas se mantienen firmes. En el frente fiscal, se enfatiza la necesidad de disciplina presupuestal, de aumentar la recaudación, y de redirigir el gasto hacia áreas prioritarias como infraestructura y protección social.

Perspectivas de América Latina

La región es vulnerable a la desaceleración del comercio global y al encarecimiento de los alimentos, que representan una proporción significativa del gasto en los hogares.

Las cifras que mostró la Ocde sobre México incrementaron 0,4% con respecto a las ultimas proyecciones, quedando el crecimiento del PIB en 1,2% para 2025. Brasil, por su parte, pasó de 2,3% e, a 2,5% y Argentina pasó de 4,5% a 3,8% para 2025.

Con respecto a Colombia, los datos del emisor sobre las revisiones de inflación para el fin de año, mostraron un crecimiento a 4,7%, frente al previo 4,4% proyectado en abril de este año. Esta última medición se dio a conocer a principios de agosto y concluye que el PIB de Colombia cerraría 2025 en 2,7%.

LOS CONTRASTES

  • Juan Pablo VieiraCEO de JP Tactical Trading

    “Para América Latina, esto debería verse como una gran oportunidad. Si la región se adapta, puede posicionarse como socio estratégico de los grandes bloques en disputa”.

  • Camilo PérezDir. Investigación Banco de Bogotá

    “En Colombia es menos evidente ese cambio de exportaciones hacia China en vez de EE.UU. Brasil y Perú van mucho más adelante en este proceso de desligarse de EE.UU.”.

El informe concluye que la economía mundial ha demostrado resiliencia, pero enfrenta un camino complejo hacia la estabilidad. Las tensiones comerciales, la inflación persistente y los riesgos financieros obligan a los gobiernos a buscar un delicado equilibrio entre controlar desequilibrios y sostener el crecimiento.

Para Colombia y la región, el llamado es claro: fortalecer los fundamentos macroeconómicos, implementar políticas fiscales creíbles y aprovechar las oportunidades en sectores emergentes como la tecnología y la inteligencia artificial. Solo de esa manera será posible navegar en un entorno global que exige, como señala la Ocde, encontrar el balance correcto entre prudencia y ambición.

Para los mercados emergentes, la clave estará en fortalecer sus fundamentos y diversificar sus motores de crecimiento.

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