Los bonos de Ecuador caen tras la ola de violencia y declaratoria de conflicto armado

Los activos en Ecuador comienzan a sentir la escalada de violencia que está viviendo el país y tras las decisiones del gobierno del presidente Daniel Noboa de declarar la existencia de un conflicto armado interno a nivel nacional y un estado de emergencia.

Los bonos soberanos con vencimiento en 2030 cayeron 0,5% durante la mañana del martes a 48,5 centavos por dólar, según precios indicativos recopilados por Bloomberg. La tendencia debilitaba el repunte que habían mostrado desde mediados de diciembre.

Noboa primero declaró el estado de emergencia durante 60 días, que incluye un toque de queda entre las 23:00 y las 5:00 horas y que suspende la necesidad de órdenes judiciales para realizar registros.

“Se acabó el tiempo en el que los condenados por narcotráfico, sicariato y crimen organizado le dictaban al Gobierno de turno qué hacer. Lo que estamos viendo en las cárceles de país es el resultado de la decisión de enfrentarlos”, dijo el mandatario ecuatoriano.

El martes en la tarde, además, emitió un decreto en donde se reconoce la existencia de un conflicto armado interno, con lo que dispuso la movilización de las Fuerzas Armadas; se identificó a los grupos de crimen organizado como organizaciones terroristas y se ordenaron operaciones militares para neutralizarlos.

Noboa, quien llegó a la presidencia prometiendo combatir la ola de crimen, tomó estas decisiones tras la fuga de Fabricio Colón, sospechoso de conspirar para asesinar a la fiscal general Diana Salazar, y luego de que las autoridades descubrieran que el reconocido delincuente Adolfo Macías, conocido como Fito, había escapado de su celda de Guayaquil durante el fin de semana pasado.

“He dado disposiciones claras y precisas a los mandos policiales y militares para que intervengan en el control de las cárceles”, agregó el mandatario ecuatoriano durante un discurso realizado el lunes.

El anuncio de Noboa ha desatado más hechos violentos, entre los que se registraron el secuestro de al menos cuatro agentes de policía, la incursión a un canal de televisión y explosiones de artefactos en varios puntos del país.

Las explosiones no dejaron heridos, pero incluso una de ellas se presentó en un puente peatonal de Quito. “Las estaciones del Metro, por ejemplo, tienen presencia militar. También hemos pedido militarización en infraestructura sensible, en la capital están las sedes de las cinco funciones del Estado, instalaciones de agua potable, provisión de energía eléctrica, y los corredores de transporte público”, aseguró Pabel Muñoz, alcalde de Quito.

Según el politólogo Bernardo Gortaire, el reto para Ecuador es desmovilizar a segmentos violentos y reducir la posibilidad de reclutamiento. “Durante el mandato de Guillermo Lasso se perdió completamente el control de las cárceles. El sistema de rehabilitación social se enquistó como el campo de perversión y reclutamiento del crimen organizado”, aseguró.

Ecuador, la séptima economía de América Latina, se ha convertido en uno de los países más peligrosos de la región. Según reportó Bloomberg, la tasa de homicidios alcanzó 46,5 por cada 100.000 habitantes el año pasado, casi el doble del récord anterior establecido en 2022 y ocho veces su nivel de 2018.

Los brotes de violencia en las cárceles han causado la muerte de más de 400 reclusos desde principios de 2020.