Panamá

Panamá pone en marcha el cannabis medicinal cuatro años después de aprobar la ley

Bloomberg

Entre las modificaciones más importantes está la eliminación del requisito de cursos obligatorios para médicos y farmacéuticos, lo que significa que ahora cualquier profesional de salud autorizado puede prescribir cannabis medicinal

Santiago Arrieta

Cuatro años después de la aprobación de la Ley que regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis en Panamá, su aplicación finalmente empieza a hacerse efectiva. Aunque la normativa fue aprobada en 2021, su puesta en práctica avanzó lentamente y durante este tiempo los pacientes no contaron con acceso formal a tratamientos basados en cannabis.

La situación cambió recientemente con la emisión de un decreto que ajustó varios puntos del reglamento original y permitió destrabar el proceso de otorgamiento de licencias. Entre las modificaciones más importantes está la eliminación del requisito de cursos obligatorios para médicos y farmacéuticos, lo que significa que ahora cualquier profesional de salud autorizado puede prescribir cannabis medicinal siguiendo las mismas normas que se aplican a otros medicamentos controlados.

También se eliminó la lista cerrada de enfermedades para las cuales podía recetarse, dejando la decisión a criterio médico, y se flexibilizaron las exigencias técnicas para permitir que las empresas puedan comenzar importando productos terminados mientras adecuan sus instalaciones.

Gracias a estos cambios, el Ministerio de Salud ya ha entregado licencias a varias compañías para operar dentro del programa y a algunas se les autorizó además la importación de productos medicinales a base de cannabis. Con esta medida, Panamá se convierte en el primer país de Centroamérica en otorgar permisos formales para el manejo de cannabis medicinal bajo una regulación estatal estructurada.

El plan contempla que, en una primera etapa, las empresas puedan importar aceites, extractos o formulaciones listas para despacho en farmacias autorizadas, mientras avanzan los procesos para cultivar y procesar cannabis dentro del país. Para esto, se permitirá la importación inicial de semillas y plantas bajo control estricto, con el objetivo de iniciar la producción local en un plazo estimado de uno a dos años. La meta es que, a mediano plazo, el sistema pueda funcionar con materia prima cultivada, procesada y distribuida internamente bajo estándares farmacéuticos.

A pesar del retraso acumulado desde la aprobación de la ley, las autoridades aseguran que la implementación ya ha entrado en una fase operativa. Se mantiene, sin embargo, la obligación de contar con prescripción médica y el establecimiento de controles y seguimiento. Un comité técnico especializado será el encargado de supervisar el programa, promover la capacitación de personal de salud y evaluar los resultados clínicos.

La puesta en marcha del cannabis medicinal en Panamá representa un cambio importante para pacientes que necesitan alternativas terapéuticas para condiciones como dolor crónico, epilepsia refractaria, efectos secundarios de quimioterapia, trastornos neurológicos y enfermedades degenerativas. El desafío ahora será garantizar que el acceso sea seguro, regulado y oportuno, evitando que el mercado informal vuelva a ocupar el espacio que la regulación busca ordenar.

TEMAS


Panamá - Leyes - Cannabis