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Papa busca defender a los pobres en gira por la región

Reuters

Es también la primera visita del Sumo Pontífice a los países suramericanos de habla hispana luego de que en julio de 2013, apenas cinco meses después de haber asumido, viajó a Brasil a un masivo encuentro de la Jornada Mundial de la Juventud.

Ya que él mismo escogió los destinos, cercanos colaboradores suyos en el Vaticano aseguran que la gira marcará su “regreso” al continente. Su natal Argentina deberá esperar hasta el 2016 para recibirlo.

“Él quiere demostrar que se puede ver más claramente desde la periferia que desde el centro”, dijo un asesor cercano al Papa que habló en condición de anonimato.

“Eligió a los países de Suramérica con la historia más pesada de pobreza, desigualdad y dificultades, pero que ahora están emergiendo con impresionantes tasas de desarrollo”, agregó.

Funcionarios del Vaticano creen que a pesar de que Francisco hará referencia a la encíclica en la veintena de discursos que pronunciará, lo más probable es que guarde lo mejor para su viaje de septiembre a Estados Unidos, epicentro de las mayores críticas a su mensaje.

El catolicismo es la religión mayoritaria en Latinoamérica aunque, desde fines del siglo pasado, viene disminuyendo su influencia. 

“Grito de los pobres”
En la encíclica, Francisco exigió una acción rápida para salvar al planeta de su ruina medioambiental e instó a los líderes mundiales a escuchar “el grito de la tierra y el grito de los pobres”, los más afectados por el cambio climático.

En Ecuador, su primera parada, el presidente Rafael Correa se debate entre sus importantes reservas de petróleo y minerales y áreas con la mayor biodiversidad del mundo.

Un escenario similar vive Bolivia, un país que perdió su salida al mar en una guerra de fines del Siglo XIX, pero con grandes reservas de gas natural, minerales y litio, usado en la fabricación de baterías recargables.

“Él no va a hablar en contra del petróleo ecuatoriano o el gas boliviano”, dijo uno de los  hombres de confianza del Papa, señalando que la encíclica reconoce la necesidad de un período de transición en el que la energía fósil debe ser sustituida por energías renovables.