Petrobras negocia acuerdo con Aramco para desarrollar negocios en Latinoamérica

Petrobras está negociando un acuerdo con el gigante saudí Aramco, que ya tiene los derechos de uso de la marca de la petrolera brasileña en Chile, para desarrollar negocios conjuntos en América Latina, afirmó el presidente de la mayor empresa de Brasil, Jean Paul Prates.

"Iniciamos una conversación para, aprovechando que ya estamos juntos en Chile, pensar en una estrategia para entrar en el mercado de productos en general en toda América Latina", afirmó Prates en una entrevista en la que citó los planes de Petrobras para volver a convertir a la región en una de sus prioridades.

Además de las conversaciones con Aramco, el ejecutivo citó el interés del gigante brasileño en "revitalizar" sus operaciones en Bolivia, en desarrollar una gigantesca reserva de gas natural en el Caribe colombiano, en ampliar sus negocios de gas natural en Argentina y en disputar concesiones para explorar áreas marinas en Surinam.

Según Prates, tras el regreso del progresista Luiz Inácio Lula da Silva a al Presidencia, Petrobras, una empresa con acciones en bolsa pero controlada por el Estado, quiere volver a darle prioridad a América Latina, una región que tenía abandonada.

"La expansión en América Latina vuelve a ser importante", afirma a la agencia Efe.

Petrobras vendió en los últimos años, principalmente durante el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2023), gran parte de sus activos en países como Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile.

Su red de gasolineras en Chile, así como el derecho a su marca en el país, se los vendió a una empresa controlada por un fondo estadounidense que este año terminó transfiriéndole ambos activos a la Saudí Aramco, la mayor petrolera del mundo y controlada por fondos públicos de Arabia Saudí.

"Hemos conversado con Aramco para saber lo que van a hacer (con la marca en Chile), pero aproveché y conversé con ellos sobre el eventual interés de que actuemos juntos en otros países de América Latina", afirmó.

Prates explicó que Aramco está usando la red de gasolineras para colocar sus productos en Chile, especialmente los que producen en una refinería en Texas, con la marca Petrobras.

"Juntas podemos reproducir eso en otros países. Es algo que aún lo tenemos que analizar, aunque es algo muy preliminar aún", dijo.

Agregó que la marca Petrobras otorgó la licencia en Paraguay a un "un socio muy bueno, que tiene importantes operaciones logísticas y que es fuerte financieramente", con el que quiere conversar sobre negocios conjuntos.

Recordó que Petrobras mantuvo sus importantes campos de gas en Bolivia, desde los que alimenta un gasoducto con capacidad para transportar 30 millones de metros cúbicos de gas por día a Brasil, y que ahora está interesada en nuevos negocios en el país vecino.

"Volvimos a conversar con Bolivia después del enfriamiento de las relaciones en el gobierno anterior. Volvimos a reunirnos con el presidente (Luis Arce) y con los dirigentes de YPFB, y tenemos grupo trabajando intensamente para revitalizar las operaciones de Petrobras en Bolivia", aseguró.

Prates dijo que el Plan Estratégico anunciado el jueves por Petrobras, que prevé inversiones por US$102.000 millones en los próximos cinco años, incluyó los recursos necesarios para desarrollar las gigantescas reservas gasíferas que la empresa descubrió en el Caribe colombiano, y que estudia juntarse con otras petroleras para licuar ese gas y exportarlo.

Citó igualmente la inversión de 600 millones de dólares que Petrobras aprobó junto con sus socios en Argentina (YPF y Dow Chemical) para modernizar y ampliar la planta en Bahía Blanca en la que producen etano, propano y gas de cocina, este último mayoritariamente exportado a Brasil.

Dicha instalación es alimentada por una planta que los mismos socios tienen en Vaca Muerta con capacidad para procesar 41 millones de metros cúbicos de gas, "un volumen muy significativo y una inversión muy importante para Petrobras", afirmó.

Según el ejecutivo, el Plan Estratégico también prevé la posibilidad de recursos para intentar adjudicarse concesiones de explotación en aguas profundas en Surinam, país que ha descubierto gigantescas reservas de gas y donde Transpetro (subsidiaria de Petrobras) negocia acuerdos para ofrecer servicios offshore.