Energía

Petrobras quedará reivindicada tras la elección presidencial en Brasil

Reuters

Los candidatos instan a la compañía a proteger a los consumidores

Bloomberg

Durante sus 20 años en Exxon Mobil Corp., una de las tareas de Rafael Grisolia era calmar a sus superiores en Texas cuando la economía de Brasil descarrilaba.

Como máximo responsable financiero de Petrobras, hace exactamente lo mismo con los inversores preocupados respecto del futuro de Brasil tras las elecciones de octubre, una de las más impredecibles de que se tenga recuerdo. La principal pregunta es si la gigante petrolera podría volver a ser objeto de la fuerte intervención estatal que la llevó en los últimos años a emprendimientos no rentables que derivaron en pérdidas de miles de millones de dólares.

“He visto casi todos los planes (económicos) en Brasil y he pasado mi carrera explicándolos”, dijo en una entrevista de Bloomberg Grisolia, que trabajó en finanzas y planificación estratégica en Exxon en Brasil. “Cuando salgamos de esta situación nebulosa en que se encuentran todas las compañías en Brasil lo que tenemos son cifras muy buenas y una Petrobras más eficiente”.

Grisolia fue contratado en junio durante una reestructuración administrativa desencadenada por una huelga nacional de camioneros contra los crecientes precios del combustible. La huelga también marcó un comienzo informal de la campaña electoral, ya que el paso a primer plano del diésel y la gasolina obligó a los candidatos a tomar posición sobre un tema que afecta la vida de todos.

La mayor parte de los candidatos presidenciales instó a Petrobras y al gobierno a proteger a los consumidores de las fuertes oscilaciones de los precios, lo que recordó los elevados subsidios que la compañía se vio obligada a proporcionar en gobiernos anteriores y que contribuyeron a una liquidación de sus acciones.

Menos interferencia

Cuando los inversores le plantean los riesgos electorales en momentos en que los candidatos favorables al mercado están rezagados en las encuestas, Grisolia destaca las mejoras que hizo la compañía desde que quedó sumida en la investigación por sobornos llamada “Lava Jato” y dice que lo más probable es que sobreviva a la transición política. La producción va en aumento, la deuda se reduce y los costos están bajo control, señala.

Por otra parte, nuevas disposiciones instrumentadas desde el comienzo de la investigación hace cuatro años y medio hacen más difícil que el gobierno use su mayoría de acciones con derecho a voto para establecer políticas empresariales, como hizo durante el último auge del petróleo al dar instrucciones a Petrobras de vender el combustible por debajo de los precios internacionales.

Grisolia dice que debería permanecer en Petrobras hasta completar su gestión, que finaliza en marzo, dado que las nuevas reglas también dificultan que el gobierno renueve de forma abrupta la administración de la compañía. Sería un cambio en relación con las dos últimas décadas, cuando las autoridades de Petrobras cambiaban cada vez que un nuevo partido llegaba a la presidencia.

“Todo es posible, pero no tan posible. La gobernanza actual no existía antes”, dijo. “Habría que convocar a una asamblea de accionistas para cambiar la junta directiva”.

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