Globoeconomía

Planes económicos para los impuestos y el empleo dividieron a los votantes

Ximena Ramírez

En medio de una de las contiendas electorales más reñidas de los últimos años, los hasta ayer candidatos Barack Obama (Partido Demócrata) y Mitt Romney (Partido Republicano), mostraron una tendencia opuesta en sus planes para atacar el déficit, la deuda, el desempleo y enfrentar el “abismo fiscal” que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2013.

Este último punto, el cual hace referencia a la combinación de subidas históricas de impuestos y recortes del gasto por US$600.000 millones en sectores como la educación, defensa, salud, entre otros, es quizá uno de los temas que más preocupa tanto a empresarios estadounidenses y académicos, como al ciudadano común, pues de no tomarse medidas extremas, la economía del país norteamericano, cuya recuperación aún es lenta, podría volver a caer en una recesión.

Por un lado, Obama le apostaba a un plan que mantiene los recortes de impuestos de la era de George W. Bush para aquellos ciudadanos que cuentan con ingresos anuales inferiores a los US$250.000, pero no mantiene dicho recorte para la población que más devenga en el país norteamericano, es decir los más ricos.

La propuesta del demócrata, difiere totalmente de lo que planteaba Romney, cuyo punto de partida era dinamizar los sectores más pujantes de la economía para propiciar la inversión y la generación de empleo. En ese sentido, el republicano se inclinaba por mantener la deducción de impuestos a todos los estadounidenses, sin distinción alguna.

Giovanni Reyes, internacionalista de la Universidad del Rosario, señala que la propuesta de Obama, permitiría un aumento de liquidez entre las clases media y baja, que en últimas sería utilizada para el consumo, por ende se dinamizaría significativamente la economía.

Las propuestas en materia de empleo, también traían consigo marcadas diferencias. Para llegar a la meta de 12 millones de puestos de trabajo, Obama proponía la construcción de institutos de innovación y eliminar ventajas fiscales para empresas que trasladen empleos al exterior.

Romney por su lado le daba relevancia a la creación de cuentas personales de trabajo para los desempleados, así como aumentar el número de visados para trabajadores altamente cualificados.

Lo cierto es que las cartas partidistas están expuestas y todo conduce a que el imperativo para lograr la recuperación económica estará basada en el consenso entre la Casa Blanca y el Congreso.

Impacto del recorte del gasto público
D e acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos, el abismo o precipicio fiscal, traería consigo recortes significativos del gasto público en alrededor US$600.000 millones, lo cual repercutiría en la reducción del déficit fiscal en US$607.000 millones en 2013, es decir un 4% del PIB. Así mismo ocasionaría una contracción de la economía estadounidense en 1,3%. Mientras los demócratas proponen concentrar los recortes en el gasto de defensa y social, los republicanos le dan relevancia al presupuesto militar y proponen recortes en otros sectores como la seguridad social.

La opinión

Giovanni Reyes
Internacionalista Universidad del Rosario

“La reducción de impuestos a la clase media y baja de EE.UU. dinamizaría el consumo entre la población gracias a que habría mayor liquidez”.