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Privilegio de pocos lleva a la corrupción, dijo el papa Francisco en México

Reuters

El Economista - Ciudad de México

En su recepción en Palacio Nacional, el Pontífice atajó que a los dirigentes de la vida social, cultural y política les corresponde de manera especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino, ayudándoles a un acceso efectivo a bienes materiales indispensables, vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real y seguridad efectiva.

"Esto no es sólo asunto de leyes que requieran de actualizaciones y mejoras -siempre necesarias, apuntó-, sino de una urgente formación de la responsabilidad personal de cada uno, con pleno respeto del otro como corresponde en la causa común de promover el desarrollo nacional".

El papa Francisco dijo que se trata de una tarea que involucra a todo el pueblo mexicano en las distintas instancias, tanto públicas como privadas, colectivas e individuales.

En su discurso destacó que la principal riqueza de México es su juventud, ya que poco más de la mitad de su población está en dicho rango. En este sentido apuntó que un pueblo con juventud es capaz de renovarse.

"Esta realidad nos lleva inevitablemente a reflexionar sobre la propia responsabilidad a la hora de construir el México que queremos, el México que deseamos legar a las generaciones venideras".

Alertó que un futuro esperanzador se forja en un presente de hombres y mujeres justos, honestos, capaces de empeñarse en el bien común, un bien común -dijo- que en este Siglo XXI "no goza de buen mercado".

Se trata de la primera vez que un Papa es recibido en Palacio Nacional.