¿Qué está pasando con las economías de las potencias mundiales, China y EE.UU.?

Como sucede con las grandes crisis económicas, el mercado se ha mostrado sensible con la noticia de que Fitch le cambió la calificación de riesgo crediticio a EE.UU. de AAA a AA+. Si bien, según destacan los analistas, se trata un golpe para el país, también deja sobre la mesa la pregunta de qué está pasando con las potencias mundiales, en la que se incluye a China (que tampoco estaría en su mejor momento).

Junto con la nueva calificación de EE.UU., Fitch destacó que respondía, principalmente, al crecimiento de las deudas del país y la ampliación de los problemas fiscales previstos para los próximos años. Hay que recordar que otro punto álgido para la economía que hoy maneja Biden fue definir el techo de la deuda sobre el tiempo límite. Además del endurecimiento monetario de la Reserva Federal que tiene los tipos en niveles no vistos hace 22 años.

Según explica Camilo Pérez, director de investigación del Banco de Bogotá, la nueva calificación puede ser otro de los puntos que marquen una tendencia en la que EE.UU. pierda su relevancia como potencia, sin embargo, sería un movimiento muy a largo plazo.

“Esto no será una cuestión de pocos años, sino que serán décadas para que veamos un cambio en la principal economía del mundo, de una potencia a nivel mundial”, añadió.

El panorama, aunque no es el mismo, tampoco sería alentador para China, según destacan los analistas. El otro gran peso pesado de la economía mundial ha mostrado indicios de una marcada desaceleración como consecuencia de sus medidas y cierres anticovid. En cuanto a calificación, el país cuenta con una A+ por parte de Fitch.

Según reporta Bloomberg, la esperada recuperación después de la pandemia no ha salido como se esperaba, lo que tiene a varios sectores de la economía a la espera.
Adicionalmente, el país estaría presionando a los gobiernos locales para que aceleren la venta de bonos y así poder financiar el gasto en infraestructura, que ha sido una de las medidas prometidas por el Gobierno para impulsar el crecimiento de la economía.

Michelle Lam, economista de China en Societe Generale, explica que se trata de una reaceleración a corto plazo, pues “es probable que el tercer trimestre continúe viendo un gran lastre de las inversiones inmobiliarias”, precisó.

Otro mercado en problemas sería el de la manufactura, pues el Índice de la actividad disminuyó a un nivel mínimo de 49,2 en los últimos seis meses, según recoge Bloomberg, lo que sugiere, además, una caída en la demanda de las exportaciones.

La cuestión con el comportamiento de estas dos economías es que repercute en los mercados globales y los países emergentes con los que tienen acuerdos bilaterales políticos y económicos. Pérez señala que mediante la revaluación del nivel de riesgo global los activos de riesgo pueden presentar pérdidas que se extiendan por más de un par de jornadas.

Ahora, del lado de las expectativas de organismos internacionales, en el caso de China, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que contribuya con poco más de 30% del crecimiento mundial este año. Con lo que si no logra la cifra el impacto no solo será interno.

Las últimas proyecciones del FMI le apuntan a un crecimiento de 5,2% para la economía china este año, sin embargo, la cifra se desaceleraría hasta 4,5% en 2024. En el caso de EE.UU. la estimación es de 1,8% para 2023 y una cifra más baja (1,0%) durante el próximo año.

Pese a estos traspiés, tanto China como EE.UU., siguen ubicándose como dos grandes que compiten en crecimiento, comercio e influencia mundial.

Para 2022, según cifras del Banco Mundial, el país de Biden contaba con un PIB de US$25,46 billones y una cifra per cápita de US$76.398, mientras que el de Xi Jinping, con US$17,96 billones y un per cápita de US$12.720. Ahora, las metas de inflación, la gobernanza y un verdadero impulso a la economía serán los retos para lo que resta del año.