¿Qué mide el Coeficiente de Gini y por qué ningún país tiene uno igual a cero?
martes, 29 de noviembre de 2022
Sudáfrica y Brasil son dos de los países en donde una pequeñísima parte de la población concentra más de la mitad de la riqueza del país
El Economista - Ciudad de México
El Coeficiente de Gini es el indicador que más se ha utilizado para medir los niveles de desigualdad de ingresos o concentración de la riqueza. Los cálculos han reflejado que, aunque en algunos países con mayor fuerza, la desigualdad está presente en todos lados.
Sudáfrica y Brasil son dos de los países en donde una pequeñísima parte de la población concentra más de la mitad de la riqueza del país, mientras que millones de personas viven en condiciones de pobreza y marginación social.
Las brechas de desigualdad son una de las principales problemáticas en la agenda internacional, debido a su persistencia en todos los países del mundo. El indicador más usado para reflejar cómo la riqueza no se distribuye de manera igualitaria es el Coeficiente de Gini.
A lo largo de los años, los cálculos oficiales de este indicador concluyen en un hecho innegable: la desigualdad económica está presente en todos lados.
ABC del Coeficiente de Gini
El Coeficiente de Gini fue desarrollado por el estadístico italiano Corrado Gini en 1912, como un método para medir la desigualdad de una distribución a través de una representación gráfica. En donde el valor de 0 indica la igualdad total y el valor 1 la máxima desigualdad.
Este indicador se obtiene a través de la Curva de Lorenz, que representa gráficamente la distribución y polarización de la riqueza (en este caso de los hogares de un país).
Este indicador puede ser aplicado en diversas ciencias y con diversas escalas, por ejemplo, la desigualdad en una ciudad, en el cuerpo de servidores públicos de una nación, en una escuela o en un ecosistema. Pese a ello, su aplicación más típica se encuentra en el campo de la economía, particularmente para medir la distribución de los ingresos o la riqueza de los países.
El Coeficiente de Gini en su definición de igualdad perfecta contempla que, si ésta existiera, cada decil de la población acumularía el 10% de la riqueza. Los cálculos puedes expresarse en deciles, quintiles o cualquier otra medida estadística que engrupe un porcentaje de la población.
Algunas de las consideraciones importantes que se han hecho al indicador están enfocadas en que si bien, el Gini refleja que tan concentrada está la riqueza en las manos de grupos selectos de personas, no genera información cualitativa sobre las causas, las condiciones o los efectos de estas brechas de desigualdad. Para este rubro existen otras teorías y metodologías multidiciplinarias.
¿Qué nos dice el Coeficiente de Gini sobre la economía global?
Al corte del 2020, México registró un Coeficiente de Gini de 0.423 mientras que para Brasil fue de 0.489 y para Noruega de 0.272, de acuerdo con data del Banco Mundial.
Aunque no se tienen cifras oficiales actualizadas desde el 2014 se han realizado estudios locales que sugieren que Sudáfrica tiene el nivel de desigualdad de ingresos más pronunciado del mundo, por encima de 0.600.
Estos números reflejan que incluso los países más avanzados del mundo en términos de desarrollo económico y social tienen una polarización de los ingresos, en otras palabras, no hay ningún lugar en el planeta -por lo menos del que se tengan cifras o evidencia contundente- en donde no haya familias más ricas que otras.
Aunque en la agenda internacional se propone la desigualdad como un mal que urge erradicar, en la realidad todos los países lo padecen, y por las estructuras en las que opera la economía global, el camino para desaparecerla todavía parece largo.
¿Por qué buscar sociedades más igualitarias?
No es casualidad que las naciones que presentan los niveles más bajos de desigualdad sean las mismas que han logrado reducir de manera boyante el hambre, el analfabetismo, las enfermedades, el impacto ambiental y la pobreza en general.
Y aunque, el Coeficiente de Gini se concentra en la desigualdad de ingresos, el concepto de desigualdad intersecciona diversos aspectos. La desigualdad entre hombres y mujeres, la desigualdad entre la población heterosexual y la población Lgbtqi+, la desigualdad entre las personas blancas y las personas racializadas, o la desigualdad entre las personas sin y con discapacidades.
Pensar en todas estas intersecciones y el impacto que tienen en el desarrollo de la vida de las personas es fundamental para lograr sociedades más productivas, económicamente prósperas. Reducir las brechas de desigualdad, entonces, tiene efecto doble y positivo.
Aunque resulta casi utópico erradicar la desigualdad, las experiencias en algunos países reflejan que si se consolidan proyectos y políticas públicas encaminadas a poner a todas las personas en condiciones lo más parecidas, la calidad de vida de todas mejora.