Reducen las esperanzas para los desaparecidos en el naufragio del yate de Lynch

Los buzos reanudaron el miércoles la búsqueda de seis personas desaparecidas tras el naufragio del yate del empresario tecnológico británico Mike Lynch frente a la costa de Sicilia hace dos días, aunque disminuían las esperanzas de encontrarlas con vida.

El Bayesian, un superyate de 56 metros de eslora y bandera británica, transportaba a 22 personas y estaba anclado frente al puerto de Porticello, cerca de Palermo, cuando se hundió el lunes durante una fuerte tormenta.

Quince personas sobrevivieron y se recuperó el cadáver de un miembro de la tripulación. Entre los seis desaparecidos se encuentran Lynch, su hija de 18 años y Jonathan Bloomer, presidente no ejecutivo de Morgan Stanley International.

La inspección subacuática de los restos del naufragio se reanudó a primera hora del miércoles, según informó el cuerpo de bomberos en las redes sociales, tras haber descrito anteriormente las operaciones como "largas y complejas".

El yate estaba tumbado de lado a unos 50 metros de profundidad, lo que daba a los buzos entre 8 y 10 minutos para inspeccionarlo antes de tener que volver a la superficie. Los esfuerzos se han visto dificultados por los espacios "muy reducidos" dentro del naufragio, dijo el portavoz del departamento de bomberos, Luca Cari.

Los guardacostas italianos dijeron que están usando un vehículo teledirigido para inspeccionar el lecho marino y tomar fotografías y videos submarinos que puedan aportar "elementos útiles y oportunos" para las investigaciones en curso sobre la catástrofe.

Los expertos no se explican cómo una embarcación de lujo, supuestamente dotada de accesorios y dispositivos de seguridad de primera clase, pudo hundirse en cuestión de minutos, tal y como relatan los testigos. Otro yate anclado junto a él no se vio afectado por la tempestad.

El Bayesian, propiedad de la esposa de Lynch, fue construido por el astillero italiano Perini en 2008 y renovado por última vez en 2020. Tenía el mástil de aluminio más alto del mundo, de 72 metros, según sus constructores.

Su capitán, James Cutfield, un neozelandés de 51 años que sobrevivió al naufragio, es un "muy buen marinero" y "muy respetado" en el Mediterráneo, según declaró su hermano Mark al diario The New Zealand Herald.

Matthew Schanck, presidente del Consejo de Búsqueda y Rescate Marítimo, organización sin ánimo de lucro con sede en Reino Unido que forma a socorristas marítimos, afirmó que el Bayesian fue víctima de un incidente meteorológico de "gran impacto".

"Si se trata de una tromba de agua, como parece ser, es lo que yo calificaría de 'cisne negro'", declaró a Reuters, refiriéndose a un fenómeno raro e impredecible.

Se mostró confiado en que las autoridades "llegarán al fondo" de las causas del naufragio, gracias a los relatos de los sobrevivientes, los testigos y el examen del casco hundido, que no presentaba signos aparentes de daños.