Globoeconomía

Renault y Fiat complican el panorama automotriz

Bloomberg

Bloomberg

Fiscales de París que hace un año allanaron la sede de Renault en busca de registros, abrieron el jueves una investigación contra la automotriz. Casi al mismo tiempo, en Estados Unidos, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por su sigla en inglés) acusó a Fiat Chrysler de instalar en 104.000 unidades de Jeep Grand Cherokee y camionetas pickup Ram 1500 un software que le permitió sobrepasar los límites de contaminación en ruta.

Ambas firmas negaron haber usado un software como el de Volkswagen, diseñado para reducir las emisiones hasta los límites legales cuando detecta que el auto está siendo sometido a prueba y luego reducir los controles de contaminación cuando circula en las rutas, de modo de mejorar el rendimiento. Sin embargo, la posibilidad de un enfrentamiento con las autoridades hizo que las acciones de ambas automotrices se desplomaran.

Fiat cayó 16% el jueves pasado para luego recuperarse levemente luego de que su máximo ejecutivo, Sergio Marchionne, calificara las acusaciones de “auténtico sinsentido”. Renault retrocedió 6% en París el viernes por la mañana, su mayor caída desde junio, al filtrarse la noticia sobre la investigación. Las acciones cerraron la sesión con una baja de 3,2%.

Doble golpe

Desde que se conoció la información sobre el fraude de Volkswagen, en septiembre de 2015, la preocupación sobre las emisiones ha ensombrecido a empresas automotrices a lo largo y a lo ancho del sector. Mitsubishi Motors Corp. fue impactada por revelaciones de que la firma había efectuado de modo impropio las pruebas de economía de combustible por décadas. Alemania obligó a los fabricantes de autos a retirar del mercado 630.000 unidades para mejorar sistemas de emisiones que sobrepasaban los límites de las regulaciones. 

Daimler AG fue demandada por algunos dueños de automóviles Mercedes Benz en Estados Unidos que acusaron a la compañía de haber informado mal a los consumidores sobre su impacto ambiental.

Aunque el caso fue desestimado en diciembre, puso en evidencia la intensa vigilancia que está recayendo sobre las automotrices. Un endurecimiento de la fiscalización supone algo así como un doble golpe en un momento en que la industria se ve obligada a aumentar la inversión en autos menos contaminantes.