EE.UU.

Rubio advierte que Maduro no podrá repetir con Trump las maniobras que usó con Biden

Reuters

El secretario de Estado explicó que los intereses estratégicos de EE.UU. requieren una Venezuela funcional y estable, no un territorio que opere como punto de salida del narcotráfico hacia Norteamérica

Santiago Arrieta

El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, endureció su postura frente al régimen de Nicolás Maduro al afirmar que, aunque la administración de Joe Biden cayó en lo que calificó como una estrategia engañosa por parte del chavismo, ese escenario no se repetiría bajo un eventual segundo mandato de Donald Trump. Según Rubio, el líder venezolano ha mostrado una conducta repetida de incumplimientos y maniobras dilatorias que, durante años, han frustrado cualquier intento serio de negociación.

Rubio recordó que, en la última década, Maduro ha firmado múltiples compromisos con Estados Unidos y con la comunidad internacional, pero ninguno se ha materializado en avances democráticos. En su opinión, el acuerdo promovido por la Casa Blanca en el que se intercambiaron concesiones, como la liberación de figuras vinculadas al círculo del gobernante venezolano, incluyendo acusados de delitos de narcotráfico y lavado de dinero, no generó ningún cambio real en el comportamiento del régimen. El secretario de Estado señaló que estas concesiones se otorgaron incluso antes de que existiera un cronograma concreto hacia unas elecciones libres y verificables.

Al evaluar la posibilidad de un acercamiento entre Trump y Maduro, Rubio fue enfático en que el expresidente es capaz de reunirse con líderes adversarios, como ya lo hizo con mandatarios de Rusia, China o Corea del Norte, pero subrayó que ese tipo de encuentro solo tiene sentido cuando existe un interlocutor dispuesto a respetar lo pactado. A su juicio, el régimen venezolano no brinda esa garantía mínima y, por lo tanto, una negociación carecería de credibilidad si no está respaldada por acciones concretas.

El secretario también explicó que los intereses estratégicos de Estados Unidos requieren una Venezuela funcional y estable, no un territorio que opere como punto de salida del narcotráfico hacia Norteamérica ni como espacio de influencia para gobiernos extranjeros con agendas hostiles en la región. Rubio insistió en que la actividad de las redes criminales que operan desde Venezuela afecta directamente la seguridad estadounidense, y que la migración masiva generada por la crisis interna del país demuestra que la situación continúa agravándose.

También advirtió que las recientes tensiones provocadas por operativos antidrogas en el Caribe y el disgusto del gobierno venezolano ante estas acciones revelan "una incomodidad evidente": según Rubio, la presencia de estas operaciones sugiere que efectivamente hay movimientos de cargamentos ilícitos saliendo del territorio venezolano. Para él, esto confirma que el problema va más allá de lo político y se mezcla con estructuras criminales cada vez más fuertes dentro del Estado.

Rubio concluyó que cualquier relación futura con Venezuela debe construirse únicamente sobre hechos verificables, no sobre promesas. Finalmente, recalcó que la presión internacional y la supervisión estricta deben mantenerse hasta que haya pasos comprobables hacia la restauración democrática, la reducción de la influencia de grupos criminales y el restablecimiento de condiciones que permitan frenar la salida masiva de ciudadanos venezolanos.

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