Se considera que el Banco Central Europeo actuó tarde después de su largo adiós a las tasas bajas

Todos menos seis en una encuesta de 28 pronosticadores consideran que los funcionarios de la zona euro están a la zaga con su política monetaria, que ha visto persistir los costos de endeudamiento ultrabajos hasta ahora.

Como se señaló a principios de junio, el BCE está a punto de autorizar finalmente el despegue el 21 de julio para contener la inflación que se sitúa en más de cuatro veces su objetivo. Puede acompañar eso con una herramienta de crisis para contener las consecuencias sobre los miembros más débiles del euro.

En otros lugares, el ajuste por parte de sus pares globales está en marcha o incluso ha adquirido mayor urgencia. Solo esta semana, los inversores apostaron a un aumento histórico de la tasa de un punto porcentual por parte de la Reserva Federal, y el Banco de Canadá promulgó un aumento de ese tamaño.

Como reflejo del enfoque pesado del BCE, el euro cayó hasta rozar la paridad frente al dólar el miércoles por primera vez desde 2002.

Si bien la mayoría de los funcionarios han insistido en que el aumento de julio debería limitarse a solo un cuarto de punto, una pequeña minoría ha defendido públicamente una medida mayor.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se ha enfrentado a un escrutinio cada vez mayor sobre por qué su institución ha tardado tanto en ofrecer el primer aumento de tipos en más de una década. Se encontró con un interrogatorio sobre el asunto en el Parlamento Europeo el 20 de junio.

“¿Cómo justificaría su enfoque muy gradual cuando está excediendo su objetivo por un margen tan grande?” preguntó Gunnar Beck, un legislador alemán del partido populista de derecha AFD.

“Nos estamos moviendo en la dirección en la que nos estamos moviendo, y eso lo indicamos y reforzamos en el momento de nuestra reunión de junio”, dijo. “Hemos identificado un camino. Caminaremos por ese camino. Lo cumpliremos y, como resultado, cumpliremos con nuestro mandato”.