Senadora de EE.UU. cuestiona a Ticketmaster por quejas sobre ventas de Taylor Swift

Ticketmaster se enfrentó el jueves a nuevas preguntas de una senadora demócrata estadounidense sobre sus prácticas de venta, dos días después de que los fans de Taylor Swift se quejaron de cortes en la página web y las largas esperas para comprar entradas para su próxima gira en Estados Unidos.

En la carta dirigida a la empresa matriz de Ticketmaster, Live Nation Entertainment Inc. LYV.N, la senadora Amy Klobuchar expresó su "grave preocupación por el estado de la competencia en el sector de la venta de entradas y su impacto perjudicial en los consumidores".

"El poder de Ticketmaster en el mercado primario de entradas le aísla de las presiones competitivas que normalmente empujan a las empresas a innovar y mejorar sus servicios", añadió Klobuchar, que preside un subcomité del Senado sobre cuestiones antimonopolio. "Eso puede dar lugar a los tipos de fallos de servicio dramáticos que vimos esta semana, en los que los consumidores son los que pagan el precio".

El martes, los seguidores de Swift se agolparon en la página web de Ticketmaster y se encontraron con largos tiempos de espera, y muchos no pudieron comprar las entradas. Ticketmaster dijo que la gira generó una demanda sin precedentes y que trabajó con rapidez para solucionar los problemas.

En su carta, Klobuchar pidió al director ejecutivo de Live Nation, Michael Rapino, que responda a varias preguntas, entre ellas cuánto había gastado la empresa en actualizar la tecnología para hacer frente a los aumentos de la demanda, y qué porcentaje de las entradas de la esperada gira se habían reservado para la preventa.

Ticketmaster no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre la carta de Klobuchar.

Live Nation y Ticketmaster se fusionaron en 2010 en un acuerdo aprobado por el Departamento de Justicia. El gobierno puede impugnar una fusión completada, pero rara vez lo hace. Klobuchar, en su carta, dijo que mostró su escepticismo con la fusión en su momento.

Ticketmaster lleva décadas causando irritación a artistas y aficionados. A mediados de los años 90, el grupo grunge Pearl Jam decidió hacer una gira sin utilizar Ticketmaster, pero lo encontró demasiado difícil de manejar y volvió al servicio después de 14 meses.