Tasas de interés negativas son armas de doble filo
sábado, 13 de febrero de 2016
Expansión - Madrid
La decisión del banco central sueco de ahondar más en territorio negativo los tipos, al recortar en otros 15 puntos básicos su principal tasa, se ha convertido en una tendencia global. El Riksbank fue el primero en recortar las tasas por debajo de cero, en febrero del año pasado. Y ahora su tasa de interés de referencia se encuentra en -0.5%.
Desde entonces, otros bancos centrales como el Banco de Japón y el Banco Central Europeo, que podría bajar de nuevo la facilidad de depósito, han comenzado a acumular liquidez a través de los tipos negativos, según destaca el diario Financial Times. Así los bancos centrales están contribuyendo de paso a devaluar su moneda.
Una moneda más débil ayuda a los bancos centrales a cumplir con sus objetivos de inflación al elevar el coste de las mercancías importadas. No en vano, la caída de los precios del petróleo y la atonía de la demanda mundial han aumentado la sombra de la deflación. Pero los tipos negativos también tienen efectos secundarios, tal y como recalca Financial Times. Una de las posibles consecuencias sería una menor rentabilidad en los productos de ahorro. La rentabilidad de los depósitos de las entidades bancarias disminuiría, por lo que se produciría un flujo de capitales por parte de los ahorradores a la renta variable con el fin de obtener una mayor rentabilidad.
Recortes tales como los del Riksbank están alimentando las sospechas de que los bancos centrales están participando en una “guerra de divisas” que dará lugar a una carrera a la baja en las tasas negativas. Eso, a su vez, está provocando fuertes caídas en las acciones de los bancos.
Si las acciones de los bancos y los bonos están cayendo, ¿dónde están poniendo su dinero los inversionistas?
Están vendiendo acciones y bonos corporativos, y comprando deuda soberana que aún presenta rendimientos positivos. En la semana anterior, se ha visto una recuperación en el precio de los bonos de Estados Unidos y Reino Unido, situándose su rentabilidad a 10 años por debajo de 1,6% y 1,3%, respectivamente.
No obstante, el mundo se encuentra ante una disminución del stock disponible de estos bonos.
Alrededor de US$6 billones de deuda pública vendida por Japón y Europa ofrece una rentabilidad por debajo de cero.
¿Por qué comprar bonos con rentabilidad bajo cero?
Financial Times matiza que comprar un bono implica una pérdida si se mantiene hasta su vencimiento, pero un inversionista puede obtener beneficio si lo vende a un precio más alto y a un menor rendimiento, siempre y cuando los bancos centrales continúen y sigan reforzando los tipos negativos de interés.