Telefónica negocia un pacto con Slim y TIM para comprar la brasileña OI
lunes, 7 de octubre de 2019
Dada la situación crítica de OI, las reglas de competencia podrían relajarse para dar una solución a la situación de la operadora
Expansión - Madrid
La española busca con sus rivales brasileñas una fórmula para aprovechar las millonarias sinergias en frecuencias, torres y tiendas, al tiempo que reduce el nivel de competencia.
Telefónica está negociando un acuerdo con sus dos principales rivales en el mercado brasileño, América Móvil y TIM, para acometer conjuntamente la compra de activos de OI, el cuarto operador de telecomunicaciones de ese mercado, que se encuentra en suspensión de pagos y cuya situación financiera y comercial se está deteriorando mes a mes, según señalan fuentes cercanas al proceso. La idea es comprar conjuntamente y luego repartirse los activos.
La situación de OI preocupa al Gobierno brasileño y al regulador Anatel, por el posible perjuicio a sus 37,5 millones de clientes móviles, 5,7 millones de banda ancha fija y 1,55 millones de televisión por satélite.
Por otro lado, en el sector se cree que, dada la situación crítica de OI, y la orientación proempresa del nuevo Gobierno, las reglas de competencia podrían relajarse para dar una solución a la situación de la operadora.
Previsiblemente OI busca la venta de su negocio móvil, donde ya no puede competir, para aligerar su deuda y reforzarse como actor mayorista en el negocio de redes troncales.
América Móvil, la empresa controlada por el magnate mexicano Carlos Slim, y Telecom Italia (TIM) son los dos grandes competidores de Telefónica en el mercado brasileño. El antiguo grupo estatal italiano también se encuentra con problemas, debido a su abultada deuda y al enfrentamiento que se ha producido en su consejo de administración entre el fondo activista norteamericano Elliott, y el grupo francés Vivendi, que se es el primer accionista de la operadora transalpina.
OI entró en concurso de acreedores en 2016, con una deuda de 65.000 millones de reales (unos 14.414 millones de euros). Pero los resultados no han logrado remontar. En el segundo trimestre de 2019 sus ingresos cayeron un 8,1%, hasta 5.046 millones de reales, con un desplome en el área residencial del 12%.
OI perdió 1.559 millones de reales entre abril y junio, frente a los 1.258 millones perdidos en el mismo periodo del año anterior, con una bajada del ebitda del 22%. En esta situación, la deuda neta de OI, se situó a final de junio de 12.600 millones, un 25% más que un año antes.
Operación compleja
La operación a la que se enfrenta Telefónica es muy compleja, puesto que la dificultad para alcanzar un acuerdo a tres bandas es importante. Además, OI está controlada por un grupo de fondos y también interviene el juzgado de la suspensión de pagos.
En cualquier caso, la operadora española también podría intentar llegar a un acuerdo solo con la italiana TIM, ya que las ventajas de la compra para ambas son mayores que en el caso de América Móvil, que ha adquirido recientemente Nextel, otro de los operadores menores del mercado brasileño, lo que le ha permitido acaparar más frecuencias radioeléctricas. De esta forma, el espectro radioeléctrico del que dispone OI es menos importante para América Móvil que para Telefónica y TIM.
La compra del negocio móvil de OI reúne para Telefónica y para Telecom Italia todas las ventajas que se producen cuando un operador móvil adquiere un rival en el mismo país, como le ocurrió a Telefónica en Alemania cuando compró E-Plus.
En primer lugar, la compra del negocio móvil de OI, por parte de los tres o de Telefónica (que en Brasil opera con la marca Vivo) y de Telecom Italia, es una operación que beneficia a los tres operadores, al reducir el nivel de competencia en el sector móvil y pasar de un sector de cuatro a uno de tres.
Solo eso ya supone, inmediatamente, una mejora del ebitda de todos los operadores, puesto que el robo de clientes entre un operador y otro (churn) se reduce mucho al bajar la fricción competitiva. El cambio de operador por parte de los clientes lleva asociados bastantes costes administrativos, tanto del operador que lo da de baja como del que recibe el alta y, además, en muchas ocasiones hay que pagar subvenciones al móvil o las comisiones al canal de venta.
Además, cuando se reduce el nivel de competencia es más fácil que se puedan implantar políticas de subidas de precios, como ocurrió en España a partir de 2015 tras las adquisiciones de Ono y Jazztel.
Nordeste y Río
Además, aunque OI está perdiendo cuota de mercado de forma continua -ha pasado de 42,13 millones de clientes en diciembre de 2016 a 37,51 millones en agosto de 2019-, aún es un grupo con una presencia fuerte en Río de Janeiro, así como en el nordeste brasileño, la zona con menor nivel de renta del país (que engloba estados como Alagoas, Bahía, Ceará, Maranhão, Paraíba, Piauí, Pernambuco, Río Grande del Norte y Sergipe) y donde la cuota de mercado de Vivo, la filial de Telefónica, es más baja.
Pero, además, al incorporar las frecuencias del rival, se pueden mejorar la calidad o la velocidad de los servicios que se prestan o reducir la inversión en red.
Igualmente, se logran ahorros al consolidar los emplazamientos de telecomunicaciones, tanto torres en zonas rurales como azoteas en zonas urbanas, lo que supone una reducción importante de la inversión y los gastos.