Trabajadores de VW inician huelgas por los planes de reducción de costes en Alemania

Los trabajadores de Volkswagen AG en toda Alemania iniciaron huelgas el lunes después de que los líderes laborales y la gerencia llegaran a un punto muerto sobre cómo recortar costos en la marca homónima del fabricante de automóviles.

Las llamadas huelgas de advertencia —paros temporales diseñados para presionar a la dirección durante el punto muerto de las negociaciones— se están llevando a cabo en todas las plantas alemanas de VW, excepto en una, empezando por la fábrica insignia de vehículos eléctricos de la empresa en Zwickau. Las acciones de VW cayeron hasta 1,9%.

"Si es necesario, esta será la batalla de negociación colectiva más dura que Volkswagen haya visto jamás", dijo Thorsten Gröger, el negociador principal del sindicato IG Metall en las conversaciones de VW, antes de la manifestación.

La dirección de VW y los dirigentes sindicales están en desacuerdo sobre cómo hacer frente a la caída de la demanda de vehículos eléctricos, los mayores costes operativos y la creciente competencia de los fabricantes chinos.

Aunque la dirección ha dicho que la empresa necesita cerrar tres fábricas alemanas y despedir a miles de trabajadores, los representantes sindicales han presionado para mantener abiertas las plantas.

El fabricante de automóviles experimentó por última vez huelgas en todas sus plantas a pequeña escala en 2021 durante la pandemia, pero en un paro laboral más grande durante las negociaciones salariales en 2018 participaron más de 50.000 trabajadores en seis fábricas.

En la planta principal de VW en Wolfsburg, los empleados abandonaron sus puestos para asistir a una manifestación en la que la jefa del comité de empresa, Daniela Cavallo, criticó a la gerencia por negarse a dar marcha atrás ante la amenaza de cierres de fábricas y por no apoyar recortes en los pagos de dividendos como parte del plan de ahorro.

“Esta huelga de advertencia se lleva a cabo para subrayar nuestras legítimas reivindicaciones”, dijo Cavallo a los trabajadores reunidos frente al rascacielos que alberga las oficinas ejecutivas de VW. “La junta directiva debe saber que la crisis en VW solo se puede resolver junto con los trabajadores, y no en contra de ellos”.

Cavallo criticó a los ejecutivos de la empresa, incluido el director ejecutivo Oliver Blume, quien en gran medida ha delegado cualquier papel sustancial en las negociaciones al jefe de marca Thomas Schäfer y al jefe de personal Gunnar Kilian. Blume "toma una postura cuando le conviene y dice que no tiene nada que ver con los problemas de la marca homónima", afirmó.

“No estamos dispuestos a aceptar cierres de plantas, despidos masivos y recortes a los convenios colectivos salariales existentes”, añadió Cavallo.

La compañía está buscando un diálogo constructivo para lograr una solución con apoyo conjunto, dijo el domingo un portavoz de Volkswagen, añadiendo que la compañía ha tomado medidas específicas en respuesta a las huelgas planificadas.

El viernes, Volkswagen descartó las propuestas más recientes de los sindicalistas por considerarlas insuficientes.

Los US$1.600 millones en recortes adicionales de costos laborales incluían la reducción de los pagos de dividendos, la reducción de partes de las bonificaciones a la dirección y a los trabajadores de fábrica el próximo año y en 2026, y la colocación de los aumentos salariales previstos en un fondo para pagar posibles despidos y reducciones de turnos.

Está previsto que se celebre una cuarta ronda de negociaciones el 9 de diciembre, y Cavallo afirmó que la reunión "probablemente determinará el camino a seguir: compromiso o escalada".

La estructura corporativa de VW otorga a los trabajadores una voz fuerte en las decisiones clave, lo que dificulta que la dirección pueda imponer unilateralmente recortes de costes dolorosos. Los representantes de los trabajadores ocupan la mitad de los puestos del consejo de supervisión de la empresa, mientras que el estado de Baja Sajonia, sede de VW, cuenta con dos puestos adicionales.