Transición energética ofrece poco desarrollo, de acuerdo con The Wall Street Journal
jueves, 23 de junio de 2022
Como hipócrita y egoísta calificó el académico Björn Lomborg la posición de países desarrollados frente a la transición energética
A medida que las empresas buscan la carbono neutralidad como parte del tratado para reducir las emisiones, las naciones hacen lo propio en transición energética.
Sin embargo, como lo afirma Björn Lomborg, presidente del Consenso de Copenhague, en una columna para Wall Street Journal, los países ricos están adoptando una actitud “egoísta” frente a los subdesarrollados en materia de transición.
Mientras que los países desarrollados están intentando ahogar la financiación de nuevos combustibles fósiles en los países más pobres, Europa y EE.UU. están rogando a la Opep que amplíe la producción de crudo y a Botswana, que extraiga más carbón al punto de duplicar su producción.
Según Lomborg, 3.500 millones de las personas más pobres del mundo no tienen acceso confiable a la electricidad. Pero, en vez de dar acceso a las mismas herramientas “que ellos usaron para volverse naciones ricas”, estos países “instruyen alegremente” a que estas naciones eviten el carbón, el gas y el petróleo.
“Los países ricos parecen olvidar que los combustibles fósiles todavía proporcionan más de las tres cuartas partes de su energía total. Mientras que la energía solar y eólica, solo alcanza a cubrir menos de 3%”, asegura Lomborg.
Agrega que las fábricas no pueden simplemente “detenerse y comenzar a funcionar con el viento; la producción de acero y fertilizantes depende del carbón y del gas; y la mayor parte de la energía solar y eólica no puede proporcionar la energía necesaria para hacer funcionar las bombas de agua, los tractores y las máquinas que sacan a la gente de la pobreza”.
Así mismo, Jeffrey Halley, analista senior de mercados en Oanda, dice que “el repunte reciente del petróleo está llegando más allá de la capacidad de pago de muchas naciones consumidoras pobres. Lo cual, podría llevarlas a migrar a fuentes renovables con más agilidad”. Pero aclara que “hay que ser realistas. En la situación actual hacer transformaciones drásticas de la matriz energética puede llevar al desabastecimiento en los países y, por ende, a impactos en la productividad de las empresas”.
Otras opiniones como la de Silvana Amaya, analista senior de Control Risks, dice que los países más pobres están, en muchos sentidos, bien posicionados para una transición, ya que suelen tener acceso a fuentes naturales de energía y menos dependencia a las fuentes de combustión.
Agregó que "nos encontramos frente a una coyuntura de altos precios de los combustibles fósiles, riesgos a la seguridad energética y una necesidad inminente de tomar medidas frente al cambio climático. Esto ha hecho que países tanto desarrollados como en vía de desarrollo aceleren su transición energética. Sobre todo, aquellos cuya matriz energética no es muy limpia".