Inversionistas creen que salida de Vizcarra es inconveniente y temen políticas populistas
martes, 10 de noviembre de 2020
Merino es el tercer presidente de Perú en cuatro años y avanzaría con algunas "medidas populistas" para ganar apoyo público
Laura Neira Marciales
El Congreso de la República votó a favor de la vacancia presidencial en contra Martín Vizcarra, lo que lo convertiría en el cuarto mandatario en la historia de Perú en ser destituido por el Congreso. La decisión se atribuyó a su incapacidad moral permanente, debido a los supuestos pagos de sobornos por las obras del Hospital Regional de Moquegua y la obras de Lomas de Ilo que suman cerca de US$640.256.
Ante la decisión, se dispuso que Manuel Merino, presidente del Congreso, quien sería el tercer presidente de Perú desde 2016, deberá cumplir el periodo gubernamental que va hasta fines de julio del próximo año. En abril de 2021, el agrónomo del partido Acción Popular, tendrá el reto de realizar las elecciones presidencial y legislativas en medio de la pandemia y de un posible pico de contagios. En este punto los inversionistas y empresarios han señalado que les preocupa la decisión, ya que se podría pensar en aplazar las elecciones para mantener el poder.
Con la apertura de los mercados de hoy se podrá medir qué tanto puede afectar esta decisión a la economía, que ya venía presentando los peores índices de la región. El PIB se contrajo 30,2% en el segundo trimestre, una de las mayores caídas sufridas por cualquier nación importante en medio de la pandemia, y además ha estado entre los países más afectados por las muertes por covid-19.
Según señaló Alonso Segura, exministro de Hacienda del país, a Bloomberg, “no veo cómo esto no será percibido mal por los inversores. La única pregunta es qué tan mal” y agregó que lo más seguro es que la moneda y la bolsa se "venderán y el riesgo país aumentará, lo que elevará los costos de endeudamiento".
Las perspectivas tampoco son las mejores, ya que según el Banco Central se espera que cierre el año con un decrecimiento de 12,7%. Es por esta razón, que Vizcarra había señalado en la intervención que hizo en la mañana en el Congreso, que consideraba inconveniente el proceso y que se debían prevenir los "disturbios y la inestabilidad" para poder hacer una transición democrática del poder. Bajo la misma línea, en la noche del lunes al conocer la decisión, explicó que no tomará ninguna acción legal en contra del Congreso y dejará el Palacio de Gobierno.
Los empresarios también habían pedido que se mantuviera la estabilidad en un comunicado de Confiep, en el que señalaban que "era necesario hacer primar la estabilidad y la calma, y un cambio drástico en la conducción de la nación no sería lo más conveniente en esta coyuntura".
Según explicó a Reuters, el legislador Francisco Sagasti, del Partido Morado, y que votó en bloque en contra de la destitución, la situación "es totalmente inconveniente y va a traer incertidumbre". Más aún porque los analistas señalan que probablemente la llegada de Merino marca el comienzo de un período de tensiones políticas, además de que bajo su mandato se impulsarían más medidas populistas como las que ya ha tomado el Congreso de aprobar el retiro parcial de fondos privados de pensiones.
"La agitación política relacionada con el juicio político y las acusaciones de corrupción se suman a la profunda desconfianza en la clase política antes de las comicios", explicó Eurasia en un informe que recogió Reuters, en el que también señalaban que "probablemente (con Merino) se mantendrá el marco de política económica existente, pero avanzarán algunas medidas populistas mientras trata de ganar apoyo público".
Los analistas estarán atentos mañana a la decisión ya que la mayoría de expertos esperaban que Vizcarra sobreviviera a esta votación, así como sucedió en la pasada moción de censura en septiembre del año pasado, cuando unos audios lo involucraban en el caso 'Richard Swing’.
Ahora, no es la primera vez que la política peruana se enfrenta a un presidente que sale o está envuelto en escándalos o actos ilícitos, el caso de Vizcarra se suma al de Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, y el de Alberto Fujimori, este último el único destituido en la historia reciente. Las anteriores vacancias se dieron en 1823 y en 1914.
Los líos políticos de los presidentes peruanos
Alberto Fujimori, quien estuvo en el poder desde el 28 de julio de 1990 hasta el 22 de noviembre de 2000, fue detenido por las autoridades chinas y extraditado a Perú en 2005. Cuatro años después, fue condenado a 25 años de prisión por homicidio con alevosía, lesiones graves y secuestro agravado en matanza de un escuadrón del ejército. Asimismo, fue encontrado culpable por el secuestro del empresario Samuel Dyer y el periodista Gustavo Gorriti en el autogolpe de 1992. El año pasado, durante el liderazgo de Pedro Pablo Kuczynski, fue indultado después de ocho años en prisión debido a problemas de salud.
Alejandro Toledo, presidente de Perú desde el 28 de julio de 2001, hasta el 28 de julio de 2006, fue acusado de haber recibido US$20 millones de Odebrecht para la adjudicación de la licitación de la carretera Interoceánica del Sur y actualmente se encuentra prófugo de la justicia.
Alan García, tuvo dos mandatos, el primero fue de 28 de julio de 1985 a 28 de julio de 1990 y el segundo del 28 de julio de 2006 al 28 de julio de 2011 y después de su segunda presidencia, comenzó a ser investigado porque habría utilizado a la fundación de su esposa, Rayitos de Sol, como fachada para canalizar dineros ilegales, además, habría recibido pagos de Odebrecht para obtener un contrato de construcción para el metro de Lima durante su segundo mandato. El Poder Judicial ordenó la detención preliminar, por 10 días, en contra de García y cuando llegaron a capturarlo se había suicidado.
Ollanta Humala estuvo en el poder desde el 28 de julio de 2011 hasta el 28 de julio de 2016. Él y su esposa Nadine Heredia fueron acusados por lavado de activos y asociación ilícita para delinquir, por recibir US$3 millones para la campaña del Partido Nacionalista en 2011, y al ver la gravedad de las acusaciones los dos se entregaron voluntariamente a la justicia. Humala fue condenado a 18 meses de prisión preventiva.
El antecesor de Vizcarra, Pedro Pablo Kuczynski, estuvo en la presidencia desde el 28 de julio de 2016 al 23 de marzo de 2018. Este fue acusado de haber recibido dinero de la constructora brasileña Odebrecht a través de la firma Westfield Capital, así como de un presunto delito de lavado de activos en el escándalo de corrupción. Kuczynski renunció en marzo de 2018 a la presidencia y fue reemplazado por Martín Vizcarra, quien era su vicepresidente.