Tras un año de su firma, el nuevo Nafta sigue en veremos por falta de aprobación en EE.UU.
sábado, 7 de diciembre de 2019
El PIB per cápita de Estados Unidos es el triple que el de México
Mauricio Zuluaga
A poco más de un mes de completarse el tercer año de gobierno de Donald Trump, una de sus principales promesas, la renegociación del Nafta, sigue en veremos. Aunque hace un año los gobiernos de Canadá, EE.UU. y México acordaron la creación del Usmeca, el nuevo acuerdo, la demora en su ratificación por parte del Congreso de EE.UU. ha traído incertidumbre a este bloque comercial que al año mueve US$1 billón.
Paradójicamente, el Usmeca ha pasado todas las pruebas en los dos países en los que el contenido del acuerdo ha sido calificado por algunos como desventajoso. En México, pese a la transición del gobierno, el acuerdo fue ratificado por el parlamento a mitad de este año. En Canadá, a pesar de que el sector lácteo insiste en que lo renegociado afectará a la producción local y algunos estudios han concluido que su entrada generará sobrecostos anuales a los canadienses por US$169 millones en la compra de medicamentos, desde Ottawa no hay señales de querer reversarlo.
Por el contrario, el papel jugado por Canadá ha sido el de respaldar lo acordado entre los tres países y, en esa medida, uno de los mayores interesados en que el Usmeca sea ratificado en el congreso de EE.UU. es el primer ministro Trudeau. Esta semana la reunión de la Otan en Londres fue el escenario propicio para una nueva reunión entre Trump y Trudeau, en la que el futuro del nuevo Nafta, que ya cumple siete meses de espera para ser sometido a votación, fue tema clave.
“Hemos tenido varias y muy buenas conversaciones sobre cómo seguiremos avanzando para beneficiar a los trabajadores en nuestros tres países y estamos seguros de que podremos lograrlo”, dijo Trudeau al término de su reunión bilateral. Por su parte, Trump aprovechó el escenario para pedir a los demócratas y, en especial, a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, que agilicen el proceso de ratificación. “Quizás en algún momento el presidente de México y el primer ministro de Canadá se cansen y digan ‘olvidemos este trato’, yo podría entenderlo”, señaló.
Pese a que la reunión de Londres sirvió para que los gobiernos de EE.UU. y Canadá se mostraran alineados en la necesidad de ratificar el Usmeca, lo ocurrido en la noche del martes, cuando una cámara sorprendió a Trudeau junto al primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente francés, Emmanuel Macron, riéndose a espaldas de Donald Trump luego de que este realizara una rueda de prensa de más de 40 minutos, resintió las relación Trudeau-Trump, al punto que Trump calificó a su homólogo canadiense de “dos caras”.
Más allá de este hecho, que de acuerdo a los analistas no terminará afectando la relación entre los dos países, lo cierto es que Ottawa está jugando un papel importante en la búsqueda de la ratificación del Usmeca. Pese a que la incertidumbre alrededor de la ratificación del nuevo acuerdo tiene su génesis en la situación política que se vive en Washington por el pulso político de cara a las elecciones presidenciales de 2020, Canadá podría ayudar a que la luz verde llegué más rápido. Según algunas fuentes cercanas al proceso, Canadá estaría dispuesto a dar un apoyo económico a México para que ese país financie parte de su reforma laboral.
Hoy, según datos de la Ocde, el ingreso per cápita en EE.UU. es 24% mayor al de Canadá y tres veces el de México. Precisamente, la idea de dicha reforma laboral, que ha sido solicitada por las uniones sindicales de EE.UU., es reducir las brechas salariales entre los trabajadores mexicanos y sus pares. De ahí, que la ayuda a de Canadá podría caer bien entre los demócratas y los sindicatos en Estados Unidos. Sin embargo, sobre este punto también hay reparos, pues al incrementar los costos laborales en México se podría desestimular la llegada de más empresas a dicho país, lo que podría golpear aún más la tasa de desempleo e informalidad en ese país.