Trump apoya controvertido plan de nuevo control de tráfico aéreo

La propuesta, diseñada para reducir los costos y mejorar la eficiencia del sistema que supervisa los vuelos, transferiría alrededor de 15.000 controladores y miles de otros gerentes y trabajadores técnicos a una nueva corporación aprobada por el gobierno.

En un intento de obtener apoyo para un plan que fracasó en el Congreso el año pasado, la Casa Blanca dijo que la junta directiva de 13 miembros de la nueva corporación debará estar formada por personas designadas por grupos de interés de la industria. Los críticos habían dicho el año pasado que la propuesta daba demasiado poder a las aerolíneas.

El plan es parte del objetivo de la Casa Blanca de transformar la infraestructura estadounidense. A finales de esta semana, Trump deberá viajar a Ohio para obtener apoyo para su estrategia -una promesa clave de campaña- de canalizar US$1 billón en carreteras nacionales, puentes, vías navegables interiores y otras instalaciones públicas.

La propuesta también está diseñada para reducir el gobierno y los impuestos, dijo DJ Gribbin, un asistente especial del presidente que dio una sesión informativa sobre el plan el lunes por la mañana.

"Todos esos elementos se alinean muy bien con la opinión del presidente" sobre cómo dirigir el gobierno, agregó Gribbin.

Oposición de demócratas

El líder de la Minoría del Senado Chuck Schumer emitió un comunicado en el que decía que impondría "peajes de un extremo a otro de Estados Unidos". El enfoque en la privatización llevará a "menos construcción y menos empleos", dijo Schumer en un comunicado.

La propuesta de control de tráfico aéreo de Trump se basará en gran medida en la legislación introducida en 2016 por Bill Shuster, el republicano de Pennsylvania que es presidente del Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara, según un funcionario de la Casa Blanca.

Trump firmará una nota de decisión y una carta al Congreso sobre los principios de su plan de control de tráfico aéreo en la Casa Blanca el lunes. Este crearía una nueva tarifa de usuario en las aeronaves que utilizan el sistema para reemplazar los impuestos actuales sobre el combustible de aviación y los boletos de avión.

Los críticos del plan de tránsito aéreo han dicho que pondría en peligro los pequeños aeropuertos al dar demasiado poder a las aerolíneas y a los grandes centros de conexión.