Ultimátum de Boris Johnson a la Unión Europea: mi plan del Brexit o el caos
miércoles, 2 de octubre de 2019
El primer ministro lanza su oferta para una ruptura negociada de la Unión Europea.
Expansión - Madrid
Londres y Bruselas han comenzado la cuenta atrás hacia la fecha prevista del Brexit, el 31 de octubre, con el primer ministro Boris Johnson lanzando hoy una última oferta para facilitar un divorcio ordenado entre Reino Unido y la UE.
En un discurso durante el congreso que el Partido Conservador celebra en Manchester, Johnson afirmó que su propuesta es un "compromiso justo y razonable", pero si los otros 27 estados miembros lo rechazan de plano y se niegan a negociar sobre esa base, Reino Unido irá hacia un Brexit sin acuerdo al final de este mes.
El jefe del Ejecutivo británico dijo que su propuesta es "constructiva" y permitirá crear una "ambiciosa alianza" con la UE. Los detalles del plan serán enviados esta tarde a Bruselas. Pero según lo filtrado a algunos medios de comunicación y esbozado hoy por Johnson, el principal cambio respecto al tratado negociado por su antecesora Theresa May sería una nueva fórmula para mantener abierto el flujo de personas y mercancías en la frontera en Irlanda.
Mientras el pacto actual, rechazado tres veces por el Parlamento británico, contempla que Reino Unido siga dentro de la unión aduanera por un periodo indefinido para evitar controles en la isla, Johnson quiere que el país abandone esta estructura comercial tras un periodo transitorio hasta 2021, para tener libertad a la hora de fijar su política arancelaria y fiscal.
Como alternativa, Downing Street dice que Irlanda del Norte podrá seguir hasta 2025 dentro del mercado común para productos agrícolas, ganaderos e industriales, manteniendo los estándares comunitarios de los productos. A partir de 2025, el Parlamento de Belfast decidirá si se mantiene alineado con la UE o vuelve a la unidad de mercado con el resto del Reino Unido.
Si se confirman estos parámetros, es poco probable que el plan sea bien recibido en Dublín, clave en este proceso. La idea de Johnson requerirá la instauración de algunos controles entre la República de Irlanda y el Ulster (aunque se instalen lejos de la frontera) para vigilar mercancías al poder haber divergencias de tarifas e IVA entre las dos partes de la isla. Pero el Gobierno irlandés ya ha dicho que no quiere ningún tipo de control. Y además, tendría que haber -al menos hasta 2025-, puestos de inspección en los puertos norirlandeses sobre los productos que llegan de Gran Bretaña, para vigilar que cumplen los estándares del mercado común. Esto podría no gustar a los unionistas del Ulster.
El plan ya ha sido bautizado como "dos fronteras por cuatro años". El modelo asemejaría Irlanda del Norte con Gibraltar, que está en el mercado común europeo pero no en la unión aduanera.
Según Jordan Rochester, analista de Nomura, el plan de Johnson "parece más el plan de contingencia que Irlanda tiene para un Brexit sin acuerdo. No tendrá recorrido ante la UE".
Si el club europeo rechaza la oferta, Johnson insistió hoy en que Reino Unido dejará la UE en cualquier caso el 31 de octubre, pese a que el Parlamento ha aprobado una Ley que exige una prórroga para evitar una salida sin acuerdo. En palabras del primer ministro, si no se ejecuta el Brexit en esa fecha, "habrá consecuencias graves para la confianza en la democracia".
UE. "Somos europeos y amo a Europa, éste no es un partido anti-Europa", dijo el primer ministro. Pero en su opinión, todos los británicos y el resto del mundo quieren que se ejecute el Brexit tras tres años de debate y pasar a otros asuntos. "Estamos preparados para un Brexit sin acuerdo", gritó ante los militantes.
El Gobierno británico admite que esta salida brusca crearía el caos durante varios meses en la llegada de productos a Reino Unido por el Canal de la Mancha, en la frontera de Irlanda y en la de Gibraltar con España. Los analistas señalan que esto a su vez llevará a una recesión en Reino Unido, y a una fuerte desaceleración en el resto de Europa.
La libra baja hoy en el mercado ante el temor a que el plan de Johnson sea rechazado en la UE.