Bolivia

Una Bolivia post-socialista enfrentará una prueba económica tras la segunda vuelta

Reuters

Estados Unidos también observa de cerca, ya que ambos contendientes se comprometen a fortalecer sus lazos con la mayor economía del mundo

Bloomberg

Las elecciones presidenciales de Bolivia del domingo pondrán fin a dos décadas de un gobierno socialista que devastó la economía. Pero el entusiasmo de votantes e inversionistas ante las perspectivas de cambio pronto dará paso a la realidad de una difícil recuperación.

Los bonos soberanos de la nación andina han tenido un rendimiento de casi 40% este año, entre los de mejor desempeño de los mercados emergentes a nivel mundial, anticipando cambios favorables al mercado sin importar quién gane la segunda vuelta entre el senador centrista Rodrigo Paz y el ex presidente conservador Jorge Tuto Quiroga.

Los diferenciales de bonos se han reducido casi ocho puntos porcentuales, según datos de JP Morgan Chase & Co.

Las perspectivas han sido innegablemente positivas para los mercados desde agosto, cuando el candidato del partido socialista MAS, compuesto por el presidente saliente Luis Arce y el izquierdista Evo Morales, terminó en un distante sexto lugar en la primera vuelta. Pero los fundamentos de la asediada economía boliviana —la inflación en espiral, el déficit presupuestario desmesurado y la grave escasez de dólares— cuentan una historia diferente.

El ganador "heredará no solo cuentas vacías, sino una sociedad ya agobiada por la escasez y la inflación", escribió Jonathan Fortun, economista sénior del Instituto de Finanzas Internacionales, en un informe del 9 de octubre. No hay una "narrativa clara de recuperación" postelectoral, argumenta, sino una disyuntiva entre recortes de gasto rápidos pero dolorosos o reformas fiscales más lentas.

Casi 8 millones de bolivianos están habilitados para participar en la votación obligatoria del domingo.

Estados Unidos también observa de cerca, ya que ambos contendientes se comprometen a fortalecer sus lazos con la mayor economía del mundo. Tras reafirmar su apoyo al atribulado presidente libertario argentino Javier Milei a principios de esta semana, el propio presidente Donald Trump señaló a Bolivia como uno de los varios países sudamericanos liderados por izquierdistas que le gustaría que buscaran un cambio de bando.

Las elecciones presidenciales latinoamericanas que tendrán lugar en los próximos meses, incluidas las de Chile y Colombia, también podrían ver a nuevos líderes de centroderecha asumir el poder.

Se espera que ambos candidatos tengan que levantar los subsidios a los combustibles y permitir el debilitamiento del boliviano, medidas impopulares que podrían desencadenar malestar social. Abordar la creciente deuda externa será otra prueba inicial.

Un eurobono con vencimiento en 2028 tiene un pago de US$333 millones en marzo próximo, mientras que el gobierno enfrenta más de US$400 millones en pagos de deuda en cada uno de los próximos dos años y luego otros US$677 millones en 2028.

Bolivia alberga las mayores reservas de litio del mundo y desde hace años es un importante exportador de gas natural.

Las últimas encuestas muestran que Quiroga, quien ejerció brevemente la presidencia entre 2001 y 2002, lleva una ventaja de unos 8 puntos. Sin embargo, Paz lo superó en la primera vuelta de agosto con su promesa de implementar un "capitalismo para todos".

'La tarea es enorme'

El otrora dominante partido MAS se dividió después de que Morales y Arce se enfrentaron amargamente sobre quién debería liderar en medio de una crisis económica cada vez más profunda.

Se ve a Paz apelando a algunos votantes del MAS, mientras que también cuenta con la ayuda de su compañero de fórmula, Edman Lara, un popular ex capitán de policía conocido por exponer la corrupción.

Tanto Paz como Quiroga ofrecen propuestas económicas similares para controlar el gasto público y eliminar gradualmente los subsidios a los combustibles, aunque ofrecen diferentes planes compensatorios. Ambos también están a favor de poner fin al tipo de cambio fijo, vigente desde 2011, y buscan atraer inversión extranjera para crear empleo.

Paz apoya la legalización de vehículos importados y prestaciones sociales más generosas. Quiroga, por su parte, propone un modelo conservador más ortodoxo que parece contar con el apoyo de los votantes de clase media, quienes desconfían especialmente del MAS.

Ambos candidatos deberán abordar el desplome de la moneda, la alta inflación y la escasez de combustible y dólares, según Ricardo Hausmann, profesor y director del Laboratorio de Crecimiento de la Universidad de Harvard. Los precios al consumidor han aumentado más del 23% en el último año hasta septiembre.

También es necesario restablecer el crecimiento económico tras una contracción de 2,4% en el primer semestre de este año, más allá de la creciente carga de deuda.

“El problema de Bolivia no es la deuda en sí, sino su incapacidad para financiar el gasto fiscal”, dijo Hausmann.

Si el próximo gobierno solicita un nuevo préstamo del FMI, probablemente será inevitable una reestructuración de la deuda, ya que el prestamista internacional no querrá que sus recursos se utilicen para pagar la deuda externa de acreedores privados, afirmó Ricardo Penfold, director gerente de Seaport Global. "Un programa del FMI probablemente implicaría una depreciación, y una depreciación real de 50% aumentaría la deuda en 13 puntos porcentuales" del producto interno bruto, añadió.

Probablemente se necesitarían reformas constitucionales para atraer capital privado a los sectores clave de energía y minería, ya que una reescritura constitucional apoyada por el MAS hace 16 años estableció un fuerte control estatal sobre la extracción de recursos naturales y desalentó a las empresas de invertir.

Si bien tanto Paz como Quiroga han expresado su apoyo para cambiar estas políticas, sus partidos en el Congreso necesitarían formar alianzas más amplias para reunir los votos necesarios.

En las semanas previas a la votación del domingo, la escasez de combustible se ha agravado, con conductores esperando días en largas filas para llenar sus tanques. El ministro de Energía, Alejandro Gallardo, reconoció recientemente que el suministro de diésel está agotado debido a la falta de dólares. Tanto los sectores agrícola como industrial también se han visto afectados.

“La tarea es enorme y debe hacerse en paralelo, no por fases. La gente debe sentir que los tres problemas inmediatos —inflación, acceso a dólares y combustible— se están resolviendo”, afirmó Carlos Toranzo, economista y analista político residente en La Paz.

Las urnas abren el domingo a las 8 a. m., hora local, y cierran a las 4 p. m., y se esperan resultados preliminares alrededor de las 8 p. m.

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