Globoeconomía

Usuarios en desacuerdo con nueva normativa de remesas

El Mundo - Caracas

La nueva normativa de Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) que establece cambios en la autorización de divisas para remesas a familiares en el exterior no fue bien recibida por los beneficiarios.

Las modificaciones que exigen nuevos requisitos y la reducción de 44% del monto mensual a un total de US$500 constituyen más trabas para los que deben mantener a sus parientes que viven fuera de Venezuela.

Así lo manifestaron las personas que hicieron cola en las afueras de las casas de cambio en Caracas, con el propósito de conocer cómo afectará la providencia 123 el presupuesto familiar. “Con el dinero que mando mi hija paga sus estudios de derecho en una universidad privada de Colombia. Ahora recibirá menos dinero para que cancele las cuotas y yo deberé trabajar el doble para poder pagar los giros al nuevo precio del dólar”, comentó Willmer Rangel, cliente de Venegiro en Chacaito.

El precio de las divisas para remesas a la tasa Sicad no solo es la queja de quienes hacen tales envíos, sino también los documentos que las personas residentes en el exterior deberán legalizar en el consulado venezolano o apostillar en el país que lo emita también incomoda a los usuarios, quienes cuestionan por qué sus allegados deben certificar los documentos si no residen en Venezuela. “Mi esposa jamás ha pisado este país. No les basta con que presente su tarjeta de identidad, su huella dactilar y el acta de registro civil. Ahora tiene que enviar copia del pasaporte”, criticó Alexander Horta, colombiano residenciado en el país desde hace cuatro años.

Por otro lado, la exclusión de los concubinos que será adoptada en la normativa obliga a las parejas que no se han casado a replantearse el asunto para poder optar por el beneficio, pues la norma dicta que solo podrán recibir las divisas las personas que tengan la siguiente relación filial: abuela, cónyuge, nieto, madre y padre. “¿Y si yo no me quiero casar?; por eso saqué el concubinato”, preguntó María Huerta, una de las tantas clientes de Zoom.