Globoeconomía

Van Rompuy modera el recorte en Agricultura y Cohesión

Ripe

El más difícil todavía. Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, trata de contentar a los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que han acudido a la Eurocumbre de Bruselas para debatir el presupuesto de la Unión Europea entre 2014 y 2020. La labor es titánica.

A un lado, el frente de los amigos de la cohesión, que se atrincheran en la propuesta de presupuesto de la Comisión Europea (€1,09 billones). Al otro, el frente austero, aferrado a la propuesta original de Van Rompuy (que recortaba en €80.000 millones la del Ejecutivo comunitario) e incluso pedía más.
¿Cómo cuadrar esos intereses? Manteniendo el tijeretazo en €80.000 millones pero cambiando su composición. En la última versión del borrador que Van Rompuy presentó a los líderes de la UE, da €7.500 millones más a Agricultura y €11.000 millones más a Cohesión respecto a su propuesta original. Sigue recortando esas partidas, pero menos. A cambio, quita ese dinero de otros fondos menos sensibles.
Además, hay una partida específica para varios países en fondos estructurales y de cohesión, en forma de lo que la propuesta denomina "sobres adicionales". Portugal recibiría €1.000 millones; Grecia, otros €1.000 millones; España, €2.750 millones; Hungría, €1.200 millones; Italia, €1.000 milones; Malta, €200 millones y Chipre, €150 millones.
Con estos gestos, el presidente del Consejo Europeo pretende, por una parte, ganarse el apoyo de Francia y España, que acumulan buena parte de las ayudas agrícolas. Por la otra, contentar a los países que defienden un presupuesto solidario (cuya bandera de batalla son las políticas de cohesión), donde también está España.
Sin embargo, la recepción ha sido fría. La canciller alemana, Ángela Merkel, al salir de la reunión ha asegurado que el acuerdo se le antoja lejano: "Creo que avanzaremos un poco, pero dudo de que lleguemos a un acuerdo. Ya lo dije antes, probablemente necesitaremos una segunda cumbre", recalcó.
Por su parte, el presidente galo, François Hollande, aseguró que, a pesar de la moderación propuesta por Van Rompuy, "ese recorte [en agricultura] sigue siendo demasiado grande".
La "batalla" de España por Cohesión y Agricultura
El presidente Mariano Rajoy prometió a su entrada que el Gobierno “dará su batalla” para defender las partidas de Agricultura y Cohesión, ya que la propuesta original de Van Rompuy le iba a costar €20.000 millones.
En cualquier caso, Rajoy dejó claro que no tiene prisa por cerrar un acuerdo. En este sentido, se alineó con Merkel y afirmó que “no sería un drama” no llegar a un consenso en esta cumbre y recordó que “sería la primera vez que se aprobara el presupuesto a la primera”.
Los líderes volverán a reunirse hoy, y tal vez mañana, según algunas fuentes. Y si no hay acuerdo, como todo parecía indicar al cierre de esta edición, el debate se retrasará hasta el mes de febrero. Pero tampoco es cuestión de rasgarse las vestiduras. Como dijo la canciller Merkel a su llegada: “Aquí nos conocemos todos”.
Fractura interna 
Las posiciones siguen siendo muy distantes. Alemania, Reino Unido, Holanda, Suecia Dinamarca, Austria y Finlandia piden recortes de al menos 80.000 millones. Además, cinco de ellos (Alemania, Reino Unido, Holanda, Austria y Suecia) reclaman mantener sus particulares cheques (como se denominan a las correcciones sobre el presupuesto final para reducir su nivel de aportaciones). Y por si fuera poco, Dinamarca, que no tiene, quiere el suyo.
Pero dos de los contribuyentes netos, Francia e Italia, se muestran partidarios de la solidaridad, aunque de una manera muy particular. El presidente galo, François Hollande, pidió un“presupuesto solidario” y el primer ministro italiano, Mario Monti, también se mostró de acuerdo en mantener el techo de gasto. Pero no es solidaridad todo lo que reluce. Hollande quiere conservar el gasto en Agricultura, cercenado en €25.000 millones más por la propuesta de Van Rompuy, y Monti aseguró que para Italia “es absolutamente esencial obtener un mejor resultado”. Es decir, ninguno de los dos quiere reducir la tarta comunitaria (como sí desean hacerlo el resto de socios), pero los dos reclaman un trozo más grande.
Enfrente del núcleo austero, el autodenominado como “amigos de la cohesión”. En él se atrincheran todos los países que son receptores netos y que quieren conservar la mayor parte de las dádivas. De momento, la última propuesta de Van Rompuy satisface a muy pocos. Todavía queda mucho por negociar y no está claro que esta cumbre vaya a ser suficiente.