Alemania

Volkswagen, Stellantis y BMW rechazan aranceles a vehículos al temer represalia china

Reuters
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La Comisión alega que las marcas chinas se benefician de "subvenciones injustas", generando una afectación a libre competencia

Expansión - Madrid

Bruselas impone aranceles de hasta 48% a la importación de coches eléctricos 'made in China' y los fabricantes europeos están preocupados por una medida similar en el país asiático. Tras meses de rumores, la Comisión Europea ha reaccionado a la ofensiva de las marcas automovilísticas chinas en Europa. Bruselas anunció el miércoles su intención de elevar hasta 48% los aranceles actuales de 10% a los coches fabricados en China e importados a Europa.

La iniciativa europea, todavía provisional, está orientada inicialmente a los vehículos eléctricos, ya que, en opinión de la Comisión Europea, las marcas chinas se están beneficiando de "subvenciones injustas", por lo que se está generando una afectación a libre competencia.

Con esta decisión se busca igualar las condiciones de juego entre fabricantes europeos y chinos. Las marcas chinas vienen pisando fuerte con precios muy competitivos, sobre todo en eléctricos, puesto que apostaron antes y más en serio que las europeas por esta tecnología. Además, han recibido un fuerte apoyo del Gobierno chino, lo que ha motivado la reacción de Bruselas, que ve cómo los fabricantes comunitarios estaban perdiendo competitividad en el coche eléctrico.

La noticia ha sido acogida de forma dispar ente las compañías automovilísticas, con reacciones que se podían prever y otras sorprendentes. No es de extrañar que las marcas chinas se hayan mostrado disgustadas por este aumento de los aranceles, que en el caso de SAIC, matriz de la superventas MG, podrían llegar a 48%, mientras que en el caso de BYD llegarían a 37% y a 40% para Geely, dueño de Volvo, Lynk&Co o Polestar.

Miedo en Europa

Tampoco ha sentado especialmente bien esta medida en los despachos de algunos de los grandes fabricantes europeos de coches como Stellantis, Volkswagen, Mercedes-Benz o BMW, ya que se teme una reacción por parte de China en represalia al endurecimiento de las barreras de entrada en Europa.
A priori, la decisión de la Comisión debería gustar a los fabricantes occidentales, puesto que hará que los coches importados de China se encarezcan, reduciendo el gran diferencial de precio actual.

No obstante, varias compañías europeas temen que China haga lo mismo con los vehículos made in Europe, dificultando su posicionamiento comercial en el principal mercado mundial de coches.
VW es el que más tiene que perder, puesto que el grupo comercializó más de 3,2 millones de vehículos en el país asiático en 2023, es decir, más de un tercio de sus matriculaciones mundiales (9,32 millones) y la marca Volkswagen es la segunda enseña más vendida en China, con más de dos millones de coches al año.

El grupo de Wolfsburg defiende una regulación que impulse el libre comercio, ya que cree que las medidas compensatorias no sirven para impulsar la competitividad. BMW y Mercedes-Benz también tienen mucho que perder. El grupo bávaro matriculó 825.000 coches en el mercado chino en 2023, el 32% del total, y Mercedes-Benz comercializó 737.000 coches, 30% del total.

Stellantis, en voz de su CEO, Carlos Tavares, se mostró ayer, en el Investor Day, en contra de esta medida, ya que China representa buena parte de su negocio (154.000 coches en 2023 en China, India y Asia-Pacífico). Por ello, apostó por que Europa tome una posición "ofensiva" respecto al avance chino y no que apueste por enfoque "defensivo".

Disparidad política

En el ámbito político, los posicionamientos han sido muy diferentes. En el caso alemán, varios ministros teutones han verbalizado su oposición al endurecimiento arancelario a los coches eléctricos importados de China, ya que consideran que este movimiento puede tensionar las relaciones comerciales entre el país asiático y la Unión Europea.

En terreno francés, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, no solo ha apoyado la decisión de la Comisión Europea, sino que ha pedido ampliarla a otros ámbitos como las placas solares o los aerogeneradores. Le Maire defiende mantener una relación de fuerza con China.

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