Avances en BD Bacatá que llevaron a que más de 34% de apartamentos se arrendaran
viernes, 28 de enero de 2022
Los propietarios que tienen un espacio en la torre más alta de Colombia, pero también la de mayores problemas por su ejecución, han visto en la renta, una alternativa
Hace casi 15 años se empezó a hablar de la torre BD Bacatá, la que no solo brillaría por ser el primer rascacielos de Colombia y superar la altura de la famosa Torre Colpatria, sino porque se trataba del “gran megaproyecto de infraestructura del futuro”, como lo mencionaba el brief que salió en 2008 a los interesados en invertir.
Ese documento explicativo, curiosamente aún lo conservan algunos propietarios insatisfechos por los problemas que ha tenido esta obra; como un reconocido ejecutivo de apps tecnológicas, quien en 2014 decidió invertir más de $400 millones por un apartamento allí y tener las oficinas de su startup ahí mismo. Ahora, el emprendedor hace parte de un grupo de personas que vieron en el arrendamiento (entre $1,3 y $4 millones) una oportunidad para mantener su capital seguro, mientras se resuelve qué pasará con el futuro del edificio, (que para bien o para mal ya logró los 216 metros de altura).
Hoy en día, la obra está enfrascada en un pleito entre inversionistas y socios fundadores por el incumplimiento de retornos de capital y utilidades.
De hecho, ‘la Bacatá’ como le dicen en La Candelaria, se pensó como un proyecto con 404 apartamentos que van entre 39 metros cuadrados y 112 metros cuadrados. De esos, algunos propietarios movieron sus inmuebles por portales de alquiler e inmobiliarias, y más de 34% del total (140 apartamentos) ya tiene inquilinos desde hace dos años.
Hay más de 6.000 pequeños inversionistas que apostaron su pensión, ahorros o reservas para ser parte del proyecto que se basaba en que “el tamaño sí importa”, y que por eso mismo sería la obra que cambiaría la cara del centro de Bogotá.
Claramente, no todos los inversionistas entregaron su dinero por la compra de apartamentos, después de todo, BD Bacatá entre sus dos torres (una con 56 y 67 pisos), se diseñó para vivienda, comercio y 117 oficinas entre 39 y 112 m2.
Hay que recordar detrás de esta historia que los problemas del rascacielos comenzaron en 2009, cuando por medio de un crowdfunding, participaron más de 4.200 inversionistas iniciales que adquirieron derechos fiduciarios para recibir utilidades con la entrega del proyecto. La inversión inicial del edificio fue superior a US$20 millones.
Casi 10 años después, Venerando Lámelas, el entonces presidente de BD Promotores, (grupo socio del proyecto) reconoció que “el error del BD Bacatá fue establecer plazos que no podíamos cumplir”, haciendo referencia a que para ese momento la obra iba en poco más de 50% de la entrega total. Ese año prometió llegar a 100% de los trabajos de la obra, y en 2022 arrancó con poco más de 70% de los avances. El proyecto sigue en manos de la Supersociedades, que decidirá si remata o no la torre sur.
Barreras al buscar inquilinos
Cuando se entregó el primer apartamento de BD Bacatá, a finales de 2016, sus dueños publicaban fotos que dejaban ver un inmueble de lujo. Los acabados elegidos posicionaban a estos espacios como viviendas con buen diseño y la mejor vista de Bogotá que puede tener la ciudad. El problema que algunos han comentado es que las personas desconocen que ya se puede vivir en la torre, por eso, la demanda es reducida. Se suma la inseguridad de la zona, no muchos quieren vivir en apartamentos de lujo en un barrio complejo.