El riesgo más alto es el rezago en infraestructura
jueves, 6 de marzo de 2014
Alejandro de Angulo Blum
Colombia es un país competitivo en todos los aspectos, desde la floricultura hasta el sector energético. ¿Y qué es lo que conecta a todos los sectores de nuestra economía? La infraestructura.
Colombia es un país potencia en la región que necesita ver su desarrollo apalancado en la construcción de obras de infraestructura que respondan a las necesidades de su economía, una de las más dinámicas del mundo.
Según el reporte de competitividad 2012-2013 del Foro Económico Mundial, en infraestructura vial, Colombia se sitúa en el puesto 126 de 144; muy por debajo del promedio de los países de la región, lo cual deja claro un panorama en el que se hace imperativo para el país mejorar la infraestructura para así seguir creciendo sosteniblemente.
Por esto, mejorar la competitividad del país con proyectos como la Concesión Zona Metropolitana de Bucaramanga, que se culminará en 2015, supone un importante avance en la superación del déficit en capacidad vial para las conexiones intermunicipales de alta importancia no sólo para Santander, sino para la integración regional con los países vecinos.
Según el índice Infrascope, desarrollado por el Banco Interamericano de Desarrollo, Colombia obtuvo el quinto puesto de la región con 59,5 puntos sobre 100 en 2012, logrando las mejores calificaciones en cuanto a clima de inversión, facilidades financieras y calidad del marco normativo para el desarrollo de las obras.
Por lo anterior, la invitación es a crear compromisos que se cumplan al 100% con el fin de seguir haciendo de este un país productivo, competitivo y moderno a través de la construcción de malla vial segura y eficiente.
Debido a esto estoy convencido de que la calidad del marco normativo, que fue objeto de una calificación sobresaliente, nos proporciona a los actores todas las herramientas para generar sinergias que permitan que avancemos hacia una Colombia más competitiva y segura en cuanto a infraestructura de transporte se refiere.
Por ejemplo, con la adecuada asignación y valoración de los riesgos asociados a cada uno de los proyectos los cuales son un elemento fundamental para el recaudo del capital privado. En razón del cumplimiento de esta normatividad, se ha convenido que los riesgos se asignen contractualmente a quién esté en mejor capacidad de administrarlos, todo en aras de proteger el erario, así como con el fin de mantener un ritmo adecuado de ejecución de los contratos y estar preparados para responder ante contingencias de índole predial, ambiental, social, comercial y fuerza mayor y otros que puedan afectar la ejecución.
Pero lo más importante es resaltar que ningún riesgo es más alto que el rezago en infraestructura y la demora en el mejoramiento de la misma para el transporte, ya que las carreteras son las principales vías de salida hacia los puertos donde hay compromisos a nivel de TLC y exportaciones.
Es una realidad que el riesgo más alto en el sector de infraestructura es la falta de trabajo conjunto entre las entidades públicas y privadas. Por esta razón, extiendo una invitación a la ANI para que generemos sinergias que permitan la culminación de proyectos tan importantes como el corredor vial Bucaramanga-Barrancabermeja para seguir el camino del progreso y la competitividad.