¿Qué pasó con la locomotora?
viernes, 24 de mayo de 2019
Durante el periodo 2012 a 2017, la participación de la construcción en el PIB se mantuvo, en promedio, en 7%. Hasta 2016 se vivió una dinámica favorable, Pero, para 2017, este comportamiento cambia
Julio César Chamorro
Para 2014, frente al fracaso de la llamada “locomotora de la minería”, el Gobierno de ese entonces optó por impulsar lo que llamó la “locomotora de la infraestructura vial y la construcción”. Anunció un programa de infraestructura vial de $45 billones para cuatro años y extendió los subsidios de vivienda.
El aumento de las obras públicas surgió como la principal fuente de crecimiento del PIB y se consolidó como la locomotora de la construcción. Para 2016, parecía que las políticas de vivienda implementadas por el Gobierno Nacional habían apalancado inversiones cercanas a $33 billones. Este rubro se presentó como el motor económico del país por la generación de empleo, la reducción de pobreza multidimensional y la disminución del déficit cuantitativo de vivienda, incluso por el aumento que representó para dinamizar el sector de la construcción y otros asociados.
Durante el periodo 2012 a 2017, la participación de la construcción en el PIB se mantuvo, en promedio, en 7%. Hasta 2016 se vivió una dinámica favorable con una tasa de crecimiento promedio de 7%. Pero, para 2017, este comportamiento cambia, y las tasas decrecen hasta alcanzar números negativos (-2,5 % en el primer trimestre de 2017 y -5,6% en el primer trimestre de 2019) , causados también por la caída en la construcción de vivienda (-8,8%). El cambio en la dinámica de la construcción coincide, particularmente, con los datos de crecimiento del primer trimestre de 2019 entregado por el Dane, el cual sorprendió por evidenciar la debilidad en la recuperación de la economía colombiana, que se esperaba que creciera alrededor de 3%.
Esto último implica que va a ser muy difícil que la economía crezca a 3,5% en 2019 -como se tenía presupuestado- y que es necesario que las otrora llamadas “locomotoras”, o motores de la economía, empiecen a reactivarse con los programas de este Gobierno. Las expectativas puestas en el sector de la construcción presupuestan un crecimiento en el rango de 3% a 4%, de acuerdo con la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), que pone como protagonista a programas gubernamentales como Mi casa ya.
Si bien en marzo de 2019 aumentaron las licencias de construcción -se licenciaron 1.757.350 m2 para construcción, 356.443 m2 más que en el mismo mes del año anterior ( lo que significa un aumento de 25,4%)-, este resultado producto del incremento de 31,6% en el área aprobada para vivienda y de 4,4% para destinos no habitacionales, esto no se ha traducido en actividad de construcción, lo que contrasta con el acumulado de doce meses (abril 2018 - marzo de 2019) en el cual las licencias tuvieron una reducción de 1,2%. Es decir, aunque las expectativas de la construcción son altas, aún falta poner en marcha los programas de Gobierno, y que estos se articulen con programas de generación de empleo en el sector de la construcción e incentivos de tasa de interés para la compra de vivienda.
La economía colombiana no pasa por un buen momento, el desempleo está aumentando (10,8 % para marzo), el crecimiento se muestra débil con respecto a las expectativas, hay una fuerte inestabilidad jurídica e institucional, se sienten los efectos recesivos de una reforma tributaria improvisada y regresiva, y el Plan Nacional de Desarrollo no cubre las necesidades inmediatas. Las perspectivas para que la situación cambie se ven lejanas. Es momento de que el Gobierno impulse sus programas y ponga a andar las locomotoras.