Así varía la velocidad del internet móvil según la ciudad y su impacto en los usuarios
sábado, 23 de agosto de 2025
En Bogotá, particularmente en Chapinero, los usuarios experimentan una de las mejores velocidades con 29,87 Mbps. En Medellín, El Poblado registra unas cifras similares
Colombia avanza hacia la implementación de 5G, pero las cifras sobre la calidad del internet móvil revelan una radiografía llena de contrastes. Mientras algunas zonas urbanas disfrutan de conexiones rápidas y estables, otras apenas logran sostener una señal básica. Así lo muestran los últimos resultados de un informe de la Comisión de Regulación de Comunicaciones, CRC, sobre el desempeño del internet móvil en el país.
El análisis, basado en información recolectada mediante la metodología crowdsourcing, directamente desde los dispositivos de los usuarios, muestra que las mejores experiencias de conexión se viven en puntos muy concretos de las grandes ciudades. Pero antes de avanzar, vale la pena detenernos y preguntar ¿cómo se calcula, en realidad, qué tan bueno es nuestro internet?
La velocidad se mide en megabits por segundo (Mbps) y muestra qué tan rápido viajan los datos; con 20 Mbps, una película puede descargarse en minutos, mientras que con 1 Mbps puede tardar horas. La latencia, en cambio, se mide en milisegundos (ms) y es el tiempo que tarda la señal en ir y volver; cuanto más baja, mejor para videollamadas y juegos en línea. Otro indicador es la pérdida de paquetes, que ocurre cuando partes de la información no llegan a destino, causando cortes o imágenes congeladas.
En Bogotá, particularmente en Chapinero, los usuarios experimentan una de las mejores velocidades del país con 29,87 Mbps. Esta cifra, aunque todavía distante de los estándares de 5G puro que superan ampliamente los 100 Mbps, permite realizar videollamadas en alta definición, participar en reuniones virtuales y disfrutar de contenidos audiovisuales sin cortes. Algo similar ocurre en Medellín, donde el barrio El Poblado registra 28,60 Mbps y se consolida como uno de los epicentros tecnológicos y empresariales del país. Barranquilla y Bucaramanga no se quedan atrás, alcanzando promedios que rondan los 24 Mbps y que garantizan un desempeño aceptable para las aplicaciones.
Regiones en desconexión
Al salir de estos centros urbanos, la situación cambia. En departamentos apartados, las velocidades caen a niveles que resultan prácticamente inviables para el uso cotidiano. Mitú, capital de Vaupés, registra apenas 0,99 Mbps y una latencia de 614,5 milisegundos, un retraso que vuelve imposible cualquier servicio que requiera respuesta inmediata. En esa ciudad, descargar un archivo de 50 megabytes puede tardar más de siete minutos, mientras que en Chapinero la misma operación se completa en menos de quince segundos. Inírida, por su parte, enfrenta otro tipo de obstáculo, la pérdida de paquetes alcanza 6,1%, lo que significa que las conexiones se interrumpen constantemente, afectando clases virtuales, consultas médicas y operaciones bancarias.
Competencia de operadores
El informe reveló que la competencia entre operadores se da en varias categorías, sin que ninguno logre liderar en todos los indicadores. Claro se queda con la delantera en velocidad de descarga al alcanzar 15,4 Mbps, seguido por Tigo con 13,4 Mbps, WOM con 11,8 Mbps y Movistar con 11,1 Mbps.
En velocidad de carga, Claro vuelve a ocupar el primer lugar con 9,1 Mbps, mientras que WOM destaca en latencia con 26,6 milisegundos y en jitter con apenas 2,1 milisegundos, mostrando una estabilidad superior para aplicaciones como videojuegos en línea. Tigo sobresale en la pérdida de paquetes con apenas 1%, lo que lo convierte en el operador con menos interrupciones en las transferencias de datos, además de registrar el mayor crecimiento interanual en velocidad de descarga con un avance de 25,1% en 2024.
Para Jorge Fernando Negrete, presidente de Digital Policy & Law, estos resultados reflejan la necesidad urgente de seguir invirtiendo en infraestructura y de replantear la regulación del espectro en Colombia. “Las velocidades no se logran de un día para otro; son el resultado de años de inversión y regulación adecuada. Colombia ha sido un mercado caro en espectro, y eso limita la expansión tecnológica. Sin incentivos correctos, es difícil cerrar la brecha con países vecinos”, señaló el experto.
Negrete también subrayó que, aunque los avances son visibles en algunas ciudades, la distancia con mercados de la región sigue siendo evidente. “Chile tiene 400 Mbps de ancho de banda y cobertura de 97% del territorio; Brasil cuenta con 300 Mbps y licitó con 5G puro. Colombia todavía está en fase de adaptación y eso marca la experiencia del usuario”, agregó.
La llegada de 5G no será igual para todos. Colombia está implementando un modelo non stand alone, basado en las redes 4G existentes, lo que implica que el salto en velocidad y latencia no será tan drástico como en los países que desplegaron la tecnología en su versión pura. Según Negrete, el panorama competitivo podría cambiar radicalmente si se concreta la fusión entre Tigo y Movistar.
“Tigo crecerá de manera enorme cuando se le permita invertir al adquirir Movistar. La pelea será Tigo-Claro, y eso será positivo para Colombia, siempre y cuando el gobierno no se le ocurra regular algo nuevo que no comprenda”, advirtió.
La conectividad como un factor social
La conectividad no es solo un asunto técnico; tiene un impacto social y económico. En regiones donde la velocidad no supera los 2 Mbps, los estudiantes no pueden asistir a clases virtuales en tiempo real y los pequeños comerciantes pierden oportunidades al no poder operar apps de pago. Claudia Ximena Bustamante, directora ejecutiva de la CRC, señaló que la información debe servir para empoderar a los usuarios. “Nuestro objetivo es ofrecer datos claros para que los usuarios puedan tomar decisiones informadas y exigir mejoras en la calidad del servicio”, agregó.