Cambios con los que se renueva la franquicia de EA Sports FC 26 tras compra de EA

EA Sports FC 26 llegará con importantes mejoras visuales, incluyendo estadios más detallados, texturas optimizadas y un modo de alto contraste que mejora la accesibilidad para personas con discapacidad visual. También regresa el icónico Allianz Arena, acompañado por nuevas voces en la narración.

En cuanto a jugabilidad, el título introduce nuevos movimientos de habilidad como el Arco Iris Arlequín y la Variación Elástica, sumando más recursos técnicos al estilo de juego. Además, se incorporan dos modos: uno competitivo y otro auténtico, este último con una inteligencia artificial de porteros notablemente mejorada.

La experiencia en cancha también se ha afinado con mejores transiciones de ritmo, animaciones más fluidas y una respuesta más precisa a los comandos del jugador. Con estas actualizaciones, EA Sports busca ofrecer una versión más realista y equilibrada de su simulador de fútbol.

Otra de las novedades destacadas de EA Sports FC 26 es la mejora en la física del balón y el comportamiento táctico de los equipos, lo que permite partidos más dinámicos y ajustados a los estilos reales de juego. Los jugadores también se beneficiarán de nuevas animaciones que hacen más naturales los movimientos, tanto en defensa como en ataque.

Además, el juego apuesta por una interfaz más intuitiva y opciones personalizables que mejoran la experiencia del usuario. Desde los entrenamientos hasta los modos carrera y online, se han hecho ajustes para facilitar el acceso a distintos niveles de habilidad, manteniendo la competitividad sin dejar de lado la diversión.

La movida

La industria global de los videojuegos vive un hito. Electronic Arts, creador de franquicias como Fifa EA Sports FC, The Sims y Madden NFL, anunció su salida de la Bolsa en una transacción valorada en US$55.000 millones. El acuerdo involucra a un consorcio liderado por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, la firma de capital privado Silver Lake y Affinity Partners, empresa de inversión de Jared Kushner.

La operación supera el récord previo de 2007 cuando un grupo de firmas adquirió TXU por US$32.000 millones. En este caso, el Fondo aportará la mayor parte del capital, lo que se suma a su participación previa de 10% en EA y consolidando su creciente apuesta por la industria de videojuegos, que ya incluye inversiones en Nintendo y Niantic.

Para los accionistas el trato representa un pago de US$210 por acción, 25% por encima del cierre previo a la filtración de las negociaciones. El acuerdo contempla además una deuda de US$20.000 millones respaldada por JPMorgan Chase, con Goldman Sachs como asesor financiero de EA.

Lo que viene

Andrés Rodríguez, CEO de Blazing Soft, advirtió que el impacto sobre los jugadores dependerá de las decisiones estratégicas que tomen los nuevos dueños. Si logran mantener la calidad y constancia en el desarrollo de sus títulos, considera que el consumidor no se verá afectado significativamente.No obstante, señaló que cambios en políticas internas o en el contenido -como adaptaciones culturales o restricciones creativas- sí podrían modificar la percepción e interés de los usuarios. Recordó, por ejemplo, las recientes modificaciones en la representación de personajes femeninos en algunos mercados, que han generado debate entre los jugadores.

Carlos Torres, profesor asociado del Departamento de Diseño de la Universidad Javeriana, destacó que la compra de Electronic Arts por US$55.000 millones no solo es relevante por la magnitud de la cifra, sino porque involucra a uno de los estudios influyentes del sector, dueño de franquicias como Fifa/EA Sports FC y The Sims.

Según Torres, la operación deja abiertos varios interrogantes. Para recuperar semejante inversión, es probable que EA refuerce su modelo de juegos como servicio y opte por fórmulas que aseguren ingresos constantes, aunque esto pueda reducir innovación y calidad.

El futuro de EA bajo propiedad privada plantea interrogantes importantes sobre su modelo de negocio. Algunos expertos prevén un fortalecimiento de los juegos como servicio para asegurar ingresos recurrentes, lo que podría limitar seriamente la innovación creativa y afectar la experiencia del usuario final. También crecen las dudas sobre el impacto en la plantilla laboral y en la dirección de franquicias icónicas, sobre todo aquellas valoradas por su apertura cultural, inclusión y diversidad internacional en sus contenidos.