Tecnología

Datos biométricos ganan terreno, pero ¿podrían reemplazar a las largas contraseñas?

Sistemas passwordless están en crecimiento, compañías optan por esta solución en vez de pedir a los usuarios que creen claves complejas

Alejandra Rico Muñoz

Recordar largas contraseñas cada vez se hace una tarea más engorrosa. ¿Cuántas veces no le ha tenido que dar al botón de “he olvidado mi clave”?

Pues bien los sistemas passwordless están en crecimiento, varias compañías empiezan a optar por esta solución en vez de pedirles a sus usuarios que creen claves con 12 caracteres, entre los que deben aparecer mayúsculas y números, las únicas realmente seguras, pero inmemorizables.

¿Qué es un dato biométrico?

La biometría es la ciencia que se encarga del reconocimiento de atributos físicos o de comportamiento único de cada persona con el fin de autenticar su identidad.

En este orden de ideas, los datos biométricos pueden ser: huellas digitales, ADN, la geometría de las manos, el reconocimiento de la voz, reconocimiento facial, la forma de caminar, entre otras características que lo hacen único.

Son varias las características que empiezan a usar las empresas para facilitarle la vida a sus usuarios. Por ejemplo, Apple ya está aplicando un sistema de compatibilidad de contraseñas para correos electrónicos o cuentas bancarias, solamente a través de la huella dactilar.

Aparentemente las empresas se blindan de seguridad para sus usuarios. Sin embargo, siempre hay puntos grises. Esta tecnología mal usada puede permitir que se hackeen sistemas o se abran las puertas para conocer información clasificada. ¿Por qué? Si una empresa basa su sistema de seguridad en el reconocimiento facial solamente, es posible entrar con una foto de la persona. De igual forma, sucedería con el reconocimiento de voz.

Es por esto que los expertos recomiendan que sean dinámicas y que se puedan adaptar de acuerdo a los requisitos o motivos que tenga el usuario para utilizarlos.

“La biometría tiene muchas ventajas, pero también una desventaja y es que una contraseña es algo que (normalmente) tenemos guardado en el cerebro y no impreso en nuestro dedo o plasmado en nuestra cara, por ejemplo, ya existen muchas IA que con unas cuantas fotos pueden recrear un video de una cara, por lo que unas cuantas fotos de tu cara o de tus manos y tendrían acceso a toda tu información”, aseguró Daniel Tovar, experto en tecnología.

“Mientras que una contraseña es más difícil de hackear, por lo que la biometría coexistirá con las contraseñas y por seguridad, una contraseña con excelente dificultad será mejor que una autenticación biométrica”, añadió.

Por ejemplo, si un cliente desea hacer una transacción bancaria por un monto muy reducido es posible que la plataforma solo le pida la contraseña o una verificación adicional. Si por el contrario es una transacción de un valor mayor, la plataforma podría solicitarle al cliente otras verificaciones adicionales.

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