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Taiwán concentrará 60% de toda la fabricación de semiconductores para IA en 2027

Gráfico LR

La importancia de los semiconductores para la IA se centra en su capacidad para administrar volúmenes masivos de información

Juan Camilo Colorado

El crecimiento rampante de la inteligencia artificial generativa y de otras tecnologías como el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) o la computación en la nube han establecido un nuevo orden en las dinámicas de fabricación y distribución de semiconductores. Tras un relativo estancamiento en la fabricación de esta pieza, el boom de estas nuevas tecnologías supone, y supondrá en los próximos años, una revolución conjunta de estas junto con el desarrollo de mejores semiconductores.

Previo a demostrar cuáles son los países líderes en la fabricación de semiconductores y cuáles se impondrán en los próximos años, un semiconductor es un material que permite o impide el paso de corriente a conveniencia, diferente a lo que hace un conductor regular. Su importancia para el desarrollo de la inteligencia artificial se justifica en que, gracias a su naturaleza ‘multi-tarea’, los semiconductores son usados para administrar volúmenes masivos de datos necesarios para el entrenamiento de la IA.

Según los recientes descubrimientos de TrendForce, se proyecta que a partir de 2023, Taiwán será responsable de aproximadamente 46% de la capacidad global de fabricación de semiconductores, seguido por China con 26%, Corea del Sur con el 12%, Estados Unidos con 6% y Japón con 2%. Sin embargo, debido a los incentivos y subsidios gubernamentales que promueven la producción local en países como China y Estados Unidos, se espera que las capacidades de producción de semiconductores de Taiwán y Corea del Sur disminuyan a 41% y a 10%, respectivamente para 2027.

Para el año 2027, se prevé que Taiwán concentrará 60% de los procesos de fabricación avanzados, manteniendo el control de tecnologías clave. En términos de procesos de fabricación avanzados, como los de 16/14 nanómetros y tecnologías más avanzadas, Taiwán lidera con una participación global del 68% en 2023, seguido por EE. UU. con el 12%, Corea del Sur con el 11% y China con el 8%.

En respuesta a la concentración de la capacidad de fabricación de semiconductores en Taiwán, Estados Unidos está alentando y apoyando activamente a grandes empresas como TSMC, Samsung e Intel. Se espera que la participación de EE. UU. en la capacidad de procesos avanzados aumente a 17% para 2027, aunque TSMC y Samsung seguirán representando más de la mitad de esta capacidad.

Japón también planea volver a la fabricación de semiconductores, apoyando activamente a la empresa local Rapidus con el objetivo de alcanzar un proceso más avanzado. Su objetivo es crear un grupo de semiconductores en Hokkaido y están ofreciendo subsidios a empresas extranjeras, incluidas Japan Advanced Semiconductor Manufacturing (JASM) y la planta de PSMC en Sendai (JSMC).

La capacidad de proceso maduro (como aquellos mayores o iguales a 28 nanómetros) de China crecerá hasta 39% a medida que las empresas taiwanesas cultiven activamente ventajas tecnológicas únicas. China está enfocándose agresivamente en tecnologías de procesos maduras, particularmente en respuesta a los controles de exportación de equipos avanzados por parte de Estados Unidos, Japón y los Países Bajos.

Se prevé que la participación de China en la capacidad de procesos maduros alcance 39% para 2027, con espacio para un mayor crecimiento si la adquisición de equipos se desarrolla sin problemas.

Para hacer frente a la escasez de chips y las influencias geopolíticas, los clientes sin fábrica están diversificando el riesgo trabajando con múltiples fundiciones, lo que podría generar mayores costos de circuitos integrados y preocupaciones sobre pedidos duplicados. Los clientes también exigen una validación global de las líneas de producción, incluso con socios de fundición a largo plazo, para permitir ajustes de capacidad flexibles.

En consecuencia, las fundiciones deben navegar por la competencia de precios y capacidad a mayor escala, al tiempo que necesitan mantener la rentabilidad, la flexibilidad en los ajustes de capacidad, las nuevas presiones de depreciación de la capacidad y el liderazgo tecnológico.

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