Tecnologías emergentes con el poder de salvar vidas

La nube. Inteligencia artificial. La Internet de las cosas. Big Data. Son algunos términos que escuchamos cada vez que leemos un artículo o miramos el feed de nuestras redes sociales. Estas tecnologías a veces pueden sonar abstractas, alejadas y ligadas a un mundo de empresas o laboratorios. Incluso, algunas personas pueden no tener claro su función y utilidad.

Lo que no es ajeno a la sociedad es que la tecnología está en constante evolución y en IBM hemos ‘marchado’ a su ritmo. Desde el disco rígido, el flexible, la cinta magnética de las tarjetas de crédito, pasando por el código de barras y las súper computadoras, hasta llegar a lo que hoy conocemos como ‘tecnología intangible’, nos hemos transformado para atender las necesidades de la sociedad, poniendo a su disposición nuestra experiencia, conocimiento y tecnología, contribuyendo con la solución de los desafíos presentes y futuros.

En este esfuerzo nos hemos aliado con diferentes organizaciones en todo el mundo para reunir pensamientos diversos y tecnologías disruptivas en torno a soluciones de los problemas sociales más complejos. Con la Organización de Naciones Unidas trabajamos en dos frentes: una iniciativa global llamada Call for Code, que invita a los desarrolladores a crear nuevas aplicaciones para ayudar a las comunidades y a las personas a prepararse mejor para los desastres naturales, de la mano de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.

Teniendo en cuenta que 2017 fue uno de los peores años en el récord de desastres naturales y que más de 2,5 billones de personas han sido afectadas por desastres naturales desde el año 2000, este, sin duda, es uno de los retos más difíciles del mundo.

Así mismo, en Colombia se realizó, recientemente, con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) y la Fundación Pasos Libres, la primera hackathon contra la trata de personas, que convocó a estudiantes y profesionales, quienes plantearon soluciones tecnológicas innovadoras y tangibles, para contribuir con la resolución de los retos en materia de prevención, investigación, identificación y asistencia a víctimas del delito de trata de personas.

En nuestro país, según la Fiscalía General de la Nación, entre 2016 y 2018 se han abierto 488 investigaciones por el delito de trata de personas. Así mismo, de los 98 casos registrados en 2017 por el MinInterior, 87 fueron sobre mujeres y 11 sobre hombres. 69 de estos casos fueron con fines de explotación sexual, 12 con fines de trabajo forzado, dos casos de mendicidad y una de matrimonio servil y servidumbre.

Estas problemáticas ameritan respuestas diferenciales que con el poder de las tecnologías como IA, Blockchain, Cloud, IoT es posible hacer cambios duraderos para el bien social. Imaginar, por ejemplo, que ante desastres naturales se alerte automáticamente a las farmacias para que aumenten sus stock de antibióticos, insulina, agua embotellada y vacunas en función de las interrupciones meteorológicas previstas o emplear análisis para predecir el impacto del clima y educar a las comunidades sobre cómo prepararse para un desastre o, por qué no, usar reconocimiento visual para evaluar el impacto de un evento sísmico y acelerar el procesamiento de reclamos, reduciendo el tiempo para reconstrucción, son algunas implementaciones que se podrían desarrollar con la tecnología.

En cuanto a la problemática de trata de personas, la Inteligencia Artificial podría ayudar a detectar comportamientos sospechosos en aeropuertos, crear asistentes virtuales para la atención a víctimas o identificar imágenes con contenido de explotación sexual en internet, permitiendo a las autoridades tener información de valor para actuar más rápidamente.

Es así, como a través de la adopción de nuevas tecnologías, las organizaciones aprenderán y replicarán buenas prácticas que traerán el cambio y serán el motor para que, cada vez más entidades, representantes del sector privado o público u organizaciones sin ánimo de lucro se sumen a estas causas comunes.