Una semana en la Escuela de Negocios de Harvard, por el cofundador de Tpaga y Tappsi
sábado, 22 de septiembre de 2018
Un emprendimiento es exitoso cuando se invierte en el talento.
Andrés Gutiérrez
Hace unos días tuve la oportunidad de pasar una semana entera en la Escuela de Negocios de Harvard. La razón por la que estuve ahí fue porque estaba participando en el curso de Endeavor acerca de cómo escalar emprendimientos.
Con mi primer emprendimiento, Tappsi, logramos ser escogidos como una empresa de esta red. Fue un logro gigante, porque en Endeavor hacen parte empresas como Bodytech y Refinancia. En ese momento, Tappsi se había convertido en la aplicación colombiana más descargada del país, pero aún estábamos tratando de llegar a más mercados.
Endeavor nos ayudó a madurar como emprendimiento, pero a pesar de esto, nos quedamos cortos. Aunque Tappsi llegó a ser el app de taxis más grande del país, no supimos escalar ni replicar su éxito en más países de Latinoamérica.
Pero de Tappsi nació un nuevo emprendimiento llamado Tpaga, una billetera móvil para no bancarizados. Nos presentamos a Endeavor con la misión de que nos ayudaran a escalar.
Esta vez no queríamos cometer los mismos errores que presentamos con Tappsi, y para eso nos invitaron a participar en este curso de Harvard.
Para un empresario, Harvard es la meca de las escuelas de negocio. Su metodología de enseñanza: estudiar los casos de negocios de otras empresas, es usada por universidades de todos los rincones del mundo.
Durante esta semana tuve la fortuna de estudiar más de 10 casos de negocios, entre ellas, una de las farmacéuticas de mayor crecimiento del mundo, Alvogen; y una de las tres empresas de tecnología más importantes de Latinoamérica, Movile.
A pesar de que cada empresa pertenecía a industrias diferentes, los retos a medida que crecían eran los mismas. Lo que me pareció extraño fue ver cómo los directivos de estas empresas, todos de perfiles súper distintos, llegaban a la misma conclusión de que la única forma de escalar sus empresas era invirtiendo en talento, haciendo que toda la empresa tuviera una “obsesión” con métricas y que su rol como director era empoderar a sus empleados para que éstos tuvieran libertad para ejecutar.
Estos tres puntos fueron el común denominador de los casos de negocios de las empresas exitosas y cómo, de las que no les fue muy bien, curiosamente nunca lograron encontrar esta fórmula. El mejor ejemplo de esta filosofía fue la empresa Supercell (creadora del juego “Clash of Clans”), que en solo seis años llegó a tener una valoración de US$10.000 millones, al dictar que la misión de los fundadores y del equipo de liderazgo era encontrar a las personas más talentosas, formar a los mejores equipos de este talento y quitarse de su camino.
Una semana en Harvard nos enseñó que las personas detrás de estas grandes empresas no necesariamente son personas adineradas con un coeficiente intelectual por las nubes. Que sus empresas cometen errores, y que lo importante no es no cometerlos, sino aprender de esos errores lo más rápido posible para iterar y seguir creciendo.
Simplemente, lograron identificar a tiempo que para escalar de manera exitosa, sus empresas iban a necesitar talento, disciplina de métricas y de empoderar a las personas lo máximo posible.
Ahora, solo espero que estas enseñanzas de Harvard sirvan para que Tpaga, esta vez no solo pueda ser la aplicación más descargada del país, sino de todo el continente.
*Colaborador especial
@andresgcn