Ocio

Abu Dhabi, un lugar para vivir el lujo entre dunas y el Islam

Mónica María Parada

El lujo y la cultura del Emirato más rico de los siete que conforman dicho país se refleja desde el otro lado, cuando uno está tomando un avión que lo llevará al corazón de la península arábica. De pronto, la ropa que usa no encaja, nadie entiende su idioma y tampoco sabe muy bien qué está comiendo. Usted es un espécimen extraño, blanco de todas las miradas e intimidado, en un vuelo transatlántico. Lo que no sabe aún es que está a punto de vivir una aventura llena de lujo (verdadero lujo), sabores, cultura y redescubrimientos.

Una de las cosas que uno no pude dejar de hacer en Abu Dhabi es el tour por la ciudad, que realmente incluye todos los puntos de interés para los turistas y tiene un precio de US$54 por persona, sin incluir el parque temático de Ferrarri o US$150 con el pase para el parque. En este tour usted tendrá la posibilidad de bajarse en más de 11 lugares que le contarán la historia de una nación fundamentada en el Islam, el petróleo, el turismo y las inversiones de largo plazo.

Una parada obligatoria es el Emirate Palace Hotel, un lujoso palacio al mejor estilo árabe, calificado con 7 estrellas. Su construcción incluye un total de 100 hectáreas de jardines, 114 cúpulas -la central tiene una altura total de 72,6 metros y se alza en el centro del complejo- y habitaciones con acabados en mármol y oro que están diseñadas para la monarquía de ese país y otros huespédes de alto nivel.

Este es uno de los complejos hoteleros más famosos de la ciudad y tiene incluso cajeros automáticos de oro para comprar joyas. Además, los salones principales tienen música clásica en vivo y los pasillos albergan exposiciones de arte.

¿Se imaginó alguna vez orar en una mezquita? Pues en Abu Dhabi tiene la posibilidad de hacer un recorrido por la Sheikh Zayed Grand Mosque, algo que no puede dejar pasar. Le sorprenderá la majestuosidad de una de las mezquitas más grandes del mundo (20.000 metros cuadrados), una construcción de 82 cúpulas que se alza en medio de las autopistas y la arena desértica que adornan ese país y que puede albergar 40.000 pesonas. Este lugar tiene la alfombra hecha a mando más grande el mundo (5.700 metros cuadrados). En su elaboración trabajaron 1.200 artesanos. Además, tiene uno de los candelabros más grandes del mundo (12 toneladas) que cuelga en el salón principal y otros 6 en las diferentes salas.

La ya imponente construcción de mármol italiano, resulta ser aún más sorprendente por dentro, con pisos blancos impecables, fuentes, paredes con pinturas a mano y una atmósfera de espiritualidad que se contagia. Para entrar al lugar, las mujeres deben usar la Abaya, un traje típico que se pone sobre un pantalón y una camisa y que va hasta abajo de la rodilla, tiene manga larga y un gorro que no puede dejar de usar en ningún momento, pues descubrirse la cabeza es un irrespeto.

El único color que se usa es el negro. También se deben dejar los zapatos a la entrada del salón de oración y está prohibido tener demostraciones de afecto en dicho lugar (no pose para la foto abrazado si no quiere ser el blanco de un llamado de atención). Es importante que un turista entienda la magnitud de la religión en estos países, que más allá de una profesión de fe se considera un estilo de vida, y sea realmente respetuoso a la hora de tener estas experiencias. De lo contrario puede terminar generando una ofensa.

Y sí en el recorrido termina enamorándose de los trajes y joyas típicas, no deje de visitar The Souk un, mercado en el que encontrará todo lo autóctono, desde los condimentos de la comida hasta las coloridas alfombras, trajes y cojines, pasando por la joyería, las narguiles, perfumería y otros.

Como las tribús nómadas
En la línea de la inmersión cultural usted no puede dejar pasar la oportunidad de hacer una viaje al desierto de Abu Dhabi, un lugar donde podrá montar en camello, manejar cuatrimoto en las dunas, y experimentar la locura de deslizarse a bordo de una cuatro por cuatro por las inmensas montañas de arena (advertencia: esto requiere nervios de acero). Todo el plan se incluye dentro de un safari cuyo precio es de aproximadamente US$130 por persona y toma un poco más de medio día.

Allí, bajo el sol inclemente del desierto, podrá también probar los sabores de la comida local en un menú que incluye platos tradicionales como los Kibbeh y Tahini, así como los platos elaborados con pescados, mariscos y otros ingredientes de la comida de mar, que en Abu Dhabi son muy comunes por ser playa.

La experiencia cosmopolita
Si lo que usted está buscando es más cosmopolita, entonces no puede dejar pasar la oportunidad de acceder a las marcas de lujo como Cartier, Bvlgari, LV, entre otras que tienen grandes tiendas en Abu Dhabi y Dubai (a dos horas de camino en carro). Adicionalmente, puede vivir experiencias como la del parque temático de Ferrari, que cuenta con la montaña rusa más rápida del mundo y manejar en el circuito de Yas Marina de la Fórmula 1. Los restaurantes de primerta catogoría son también un plan imperdible, entre ellos Quest, famoso por su ubicación en el piso 63 de las Etihad Towers, ofreciendo una de las mejores vistas de la ciudad.

Montar en camello: hay que vivirlo
Ninguna experiencia en el desierto está completa si deja pasar la oportunidad de montar en camello. Hay que ser sinceros y decir que cuando este animal se pone de pie, uno solo se pregunta cuánto dolerá una caída desde ahí arriba, pero los nervios de los primeros minutos bien se pagan con la experiencia de vivir uno de los medios de transporte más importantes del medio oriente. No se preocupe por la habilidad, los camellos se montan con unas sillas especiales.

La opinión

Jean Claude Bessudo
Presidente de Aviatur

“En Medio Oriente tienen una política muy agresiva para la atracción del turismo. Calculo que al año están viajando 1.500 colombianos y un viaje les puede salir desde US$3.000”.