Ocio

Agave y añejamiento, claves para un buen tequila

Merian Araujo

Un buen tequila, como un buen vino, tiene sus tips para ser degustado y compartido en el mejor momento. La producción 100% de agave azul o tequilado, y el tiempo de añejamiento, son algunas de las recomendaciones que hay que tener en cuenta a la hora de escoger uno de estos destilados.

La primera, según recomienda Alfredo Sánchez, catador de tequilas de México, es porque algunas bebidas suelen ser mezcladas o se les agrega colorante para aparentar una pureza que no tienen. Pero la calidad del destilado puede comprobarse con un sello de calidad o con el sabor en boca, que se vuelve familiar con la experiencia.

Un degustador puede comenzar por una cata básica de cinco tipos de tequilas: blanco, que dura menos de tres meses en la barrica y se ha destilado más de dos veces; reposado, que no alcanza a tener 12 meses en añejamiento y adquiere un color “paja”; añejo, que se mantiene en la barrica entre uno y tres años, y su color es más amarillento; y extraañejo, que tiene más de tres años en la barrica y su color es marrón claro.

Para este último, los expertos recomiendan que no se deje añejar por más de siete años, porque el destilado pierde su sabor.

El último tipo de tequila es una nueva tendencia de destilado que es añejo, pero se le quita el color y se mezcla con otras bebidas, como el tequila reposado o blanco.

La ocasión perfecta para cada trago depende del gusto del anfitrión del evento, pero en cenas y almuerzos, se suelen utilizar destilados con menos de tres años de añejamiento.

Los que están por encima de este tiempo, “son destilados complejos, que hay que degustarlos en privado y vivir una experiencia dedicada a descubrir sus sabores”, agrega Sánchez.

La recomendación para relacionarse con el trago es “tomar un pequeño sorbo, pasear por la boca para relacionarnos con el sabor, pasar y soltar el aire”.