Así es el hotel Sunrise de Pekín en China
sábado, 13 de diciembre de 2014
Expansión - Madrid
China tiene ansias de demostrar su poder. Esto se traduce en una arquitectura megalómana que, en Pekín al menos, está causando estragos. Porque más grande no significa mejor ni más bello. En un nuevo intento de empatar al mundo, las autoridades chinas inauguraron el pasado mes un gran centro de conferencias y de hoteles a orillas del lago Yanqi, al norte de la capital, rodeado de suaves montañas y a pocos pasos de uno de los sectores de la Gran Muralla China más visitados. Para la ocasión invitaron nada menos que a Barack Obama y Vladimir Putin, aprovechando la celebración anual del Apec, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
La joya del complejo es un hotel que lleva siendo, desde que se anunció su construcción, la comidilla de los blogs de arquitectura de todo el mundo. Inaugurado el 17 de noviembre, se eleva como el sol al amanecer. De ahí su nombre: The Sunrise. Con una capacidad de 306 habitaciones, lo gestiona la cadena de lujo Kempinski junto al Yanqi Hotel y 12 hotelitos boutique, todos bordeando las inmediaciones del lago que, en realidad, es un embalse. El orto luminiscente es una obra del arquitecto Zhang Hai Ao y del estudio Shanghai Huadu Architect Design Company, que contó para el diseño del edificio, además de con su propio equipo, con el apoyo de 60 arquitectos de diferentes países, incluida España. Para Hai no fue un capricho: “Necesitábamos una visión crítica desde fuera de China que nos permitiera ampliar nuestra forma de ver cómo podemos proyectar la imagen del país y su cultura al mundo”, alega.
De 97 metros de altura y 21 plantas, el hotel The Sunrise refleja el cielo en su parte superior, el monte Yan en medio y el pantano abajo; la superficie de la fachada de 18.000 metros cuadrados está recubierta de más de 10.000 paneles de cristal. Como es habitual en la arquitectura china, inclusive en los nuevos rascacielos del centro financiero de Pekín o Shangai, todo tiene un significado. “El sol naciendo entre el horizonte simboliza el rápido crecimiento de la economía china, así como los valores fundamentales de nuestra filosofía, en especial que la Humanidad es una parte integral de la naturaleza y que para que haya armonía esta debe ser respetada”, explica Hai Ao.
Un diseño interior para disfrutar de la vista exterior
En el diseño interior el objetivo ha sido claro: que los clientes miren al exterior, enmarcado en diversos ángulos. Desde el estudio Design by Leonardo, responsable de este apartado, explican que “el hotel experimenta con la yuxtaposición de sólidos y vacíos, y se ha buscado crear formas geométricas recurrentes en lugares inesperados y en diversos elementos de la decoración”. Volviendo a la premeditada función de impactar al visitante, en el vestíbulo se alza una escultura de cientos de cuentas de vidrio sujetas a cables.