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Autoridades olímpicas revisarán el proceso de venta de boletos para Río 2016

Reuters

La decisión se tomó luego de haber sido muy criticados por los asientos vacíos que hubo en Londres 2012 y tras una serie de denuncias sobre ventas no autorizadas. El sistema de ventas de boletos fue uno de los pocos puntos oscuros de lo que fueron considerados unos juegos exitosos.

"Definitivamente vamos a revisar la política de venta de boletos de los Juegos", dijo a periodistas el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge. "Es uno de los temas que vamos a revisar en Río".

El comité organizador de Londres trabajará con el COI y con su par de Río sobre la cuestión, indicó Rogge. Los boletos actualmente se venden a través de los comités olímpicos nacionales y revendedores autorizados.

Un reporte del periódico británico Sunday Times dijo en junio que varios comités nacionales y revendedores estaban ofreciendo compra y venta de localidades fuera de sus territorios a precios inflados o entregándolos a revendedores no autorizados. El COI lanzó una investigación sobre las denuncias.

Rogge dijo que la venta de entradas era un "tema muy complicado porque se necesita un buen equilibrio" entre el público doméstico y los aficionados internacionales.

"Pero también está el hecho de que la distribución de boletos se hace a través de los comités olímpicos nacionales o revendedores autorizados, así que vamos a ver si este sistema continúa y cómo podemos mejorarlo", remarcó el titular del COI.

El proceso de venta de entradas fue particularmente frustrante para aquellos aficionados que se quejaron de pasar horas en internet tratando de conseguir localidades para que les informaran que estaban agotadas. El enojo aumentó cuando la televisión mostró asientos vacíos en algunos estadios en los primeros días de los Juegos de Londres, incluyendo deportes de alto perfil y algunas finales.

Federaciones deportivas internacionales y miembros de comités olímpicos nacionales, además de medios y atletas, fueron culpados por los claros en las tribunas.
Después de padecer críticas de medios británicos y de la asociación olímpica nacional, organizadores de Londres entraron en acción y utilizaron soldados fuera de servicio y voluntarios para ocupar los asientos vacíos. También reclamaron asientos acreditados y los pusieron a la venta para el público.