Literatura

#Con-Texto | “Siempre brillantes, a veces difíciles”, nueva obra de Sandrine Rampon

Aprovechar, no explotar, porque el trasfondo de todo esto es lograr la mayor productividad en un entorno favorable al crecimiento

Lewis Acuña

En muchas empresas los directivos de Recursos Humanos se enfocan en cuidar más los recursos que a los humanos, destruyendo así los verdaderos “recursos” que necesita para asegurar el futuro de la compañía.

“Siempre brillantes, a veces difíciles” de Sandrine Rampont, lo resume en “como trabajar con personas con altas capacidades y aprovechar todo su talento”.

Aprovechar, no explotar, porque el trasfondo de todo esto es lograr la mayor productividad en un entorno favorable al crecimiento. Crece el colaborador, crece la empresa. No es retener el talento, es entenderlo, activarlo, potenciarlo, escalarlo y lograr una fidelización con la empresa. Esa que no se logra actualmente solo con mejorar salarios sino con la confianza de no estar en el lugar equivocado, porque el talento tiene su precio y si existe, habrá quien lo pague mejor en otra parte.

La fuerza laboral que se va imponiendo y que generacionalmente tomará el control así lo espera.

“Buscan una misión más que un trabajo, un entrenador más que un jefe y quieren tener influencia en lo que hacen. Abandonan cuando lo que encuentran no coincide con sus aspiraciones”, afirma la autora; y recordemos que la perspectiva de casa, carro y beca, con unas vacaciones cada tanto, es una visión de antaño cargada de melancolía porque nos recuerda a padres o abuelos.

Los testimonios recogidos para el texto por la autora lo reflejan. Como el de Bénédicte, coach:

“Después de una experiencia con un jefe agradable, me encontré con un ambicioso directivo que asumía por primera vez un papel de director de equipos operativos. Nos presionaba enormemente, nos metía tres reuniones a la semana para controlarlo todo.

Me alejaba de los temas interesantes. Yo tenía que producir y no hacerle sombra. Carecía de competencias directivas y de ideas. Un día me di cuenta de que utilizaba las mías para mejorar su estatus ante sus superiores, sin mencionar nunca de dónde venían. Tuve la impresión de que intentaba empequeñecerme en lugar de hacerme progresar, y de que me utilizaba para mejorar su propio estatus. Se volvió intolerable”. Anecdótico, si en el peor de los casos usted vive algo así. Muy grave si es usted ese tipo de directivo, porque abundan.

Es el cambio que propone el libro: identificar las altas capacidades de los empleados (colaboradores) en el área correcta para impulsar la empresa.

Lo dijo Albert Enstein “todo el mundo es un genio, pero si juzgas a un pez por su capacidad para trepar a un árbol, se pasará la vida pensando que es estúpido”.

TEMAS


Literatura - Laboral - Albert Enstein