Ocio

Camionetas de combate seducen a millonarios chinos

Bloomberg

Asientos de cuero y un refrigerador para champaña solían ser lo máximo que existía en lujo automovilístico. Ahora, son los capós azules Tiffany con cristales Swarovski incrustados.

En China, donde se acuñan millonarios todos los días y se encuentran fácilmente despliegues de riqueza pese a las medidas enérgicas contra la extravagancia, el nivel del consumo conspicuo se eleva cada vez más.

A esta categoría pertenece el Prombron Black Shark, un vehículo de lujo personalizado fabricado por Dartz Motorz Co., de Letonia, que además de blindaje, láseres para represión de manifestaciones y tiradores electrificados contra paparazzi, ofrece exóticos interiores en cuero, un sistema de sonido de Bang Olufsen A/S, y sí, tal como lo solicitó un cliente, esa famosa pintura azul. Estos autos, que cuestan más de seis dígitos, son claramente para personas que desean algo más que ir del punto A al punto B.

“Nuestros clientes ya tienen todo en su garaje y quieren algo que nadie tenga”, dijo el fundador de Dartz, Leonard Yankelovich. Cinco de las 11 unidades Black Shark (Tiburón Negro) en producción irán a China, dijo. “A los chinos les gustan los autos grandes y les gustan los autos caros. También quieren exhibir su riqueza y su carácter único”.

La promesa del presidente Xi Jinping de eliminar la corrupción entre los funcionarios públicos tal vez haya lesionado el mercado suntuario de rango medio, castigando a marcas como Prada SpA y Remy Cointreau SA, pero el auge en sus escalafones más altos no muestra signos de frenarse.