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Cartier trae de regreso sus relojes clásicos de pulso, pero con una gran renovación

Cartier

Los productos icónicos que la marca fabrica desde hace varias décadas vuelven renovados tanto con aditamentos de lujo, como con mejoras de precisión

Expansión - Madrid

Conseguir el equilibrio entre el pasado de la firma y la libertad para dar forma a nuevas piezas es la principal tarea a la que se enfrenta el equipo creativo de Cartier Relojes, dirigido por Marie-Laure Cérède. Esta tensión entre pasado y presente es bien visible en su última colección.

Todo comienza en un papel. A pesar de las innovaciones que ha incorporado la industria en las últimas décadas y de la inversión en máquinas, profesionales y tecnología para mejorar sus relojes, el comienzo de todo el proceso sigue siendo el mismo que ha tenido la firma desde que fue creada en 1847: una simple hoja en blanco.

“Es verdad. Para mí el dibujo a mano es la parte más importante del proceso creativo”, confirma Marie-Laure Cérède. Y sabe bien de lo que habla como responsable que es del departamento creativo de relojería de Cartier.

Visto así, el lápiz y el papel representan el vínculo más importante de la actual Cartier con sus inicios en relojería. Y no es un tramo corto de tiempo. Firma de tradición joyera, la compañía creó su primer reloj en 1853 y desde entonces siempre han estado presentes en su catálogo. En las primeras décadas de su andadura, cuando Louis Cartier adquirió el sobrenombre de rey de los joyeros en toda Europa, el reloj de pulsera era una opción más en el repertorio de joyas que la mujer tenía a su alcance.

El pasado siempre ha estado muy presente en el trabajo de Marie-Laure Cérède. Así fue desde que comenzó a trabajar con Cartier en 2002 como responsable de producto relojero. Lo fue tres años más tarde cuando se incorporó a Harry Winston, la gran firma norteamericana de la joyería.

Al igual que Cartier, esta firma posee un legado impresionante siempre dispuesto a reaparecer en su catálogo actual. Durante 12 años Cérède se encargó de organizar el estudio creativo de Harry Winston a la vez que participaba en el desarrollo de sus relojes. En 2016 volvió a Cartier.

Para mantener este constante lanzamiento de novedades, Cartier cuenta con una herramienta privilegiada: su manufactura de La Chaux-de-Fonds.

En ella trabaja Carole Forestier-Kasapi, responsable de diseño de los movimientos de la firma. Forestier y su equipo consiguieron elevar a Cartier al Olimpo de las grandes complicaciones con referencias convertidas en iconos de la relojería moderna.

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