Turismo

China se tiñe de blanco para recibir a los turistas durante cada temporada de invierno

Carlos Rodríguez/ LR

Visitar China en fin de año es encontrarse con un país en invierno que, pese a las condiciones climáticas, tiene variedad de planes como compras o visita a la muralla

Carlos Rodríguez Salcedo

Con trayectos que pueden superar fácilmente las 24 horas, con escala incluida, China no está entre los principales destinos de los colombianos, a pesar de que es el segundo socio comercial del país.

Antes de la pandemia, Asia representó 1% de los flujos migratorios hacia el extranjero y el gigante asiático recibía menos de 10.000 turistas colombianos al año, mientras que Turquía recibía más del doble, según cifras de Migración Colombia.

Sin embargo, quienes se animen a tomar este trayecto, se pueden encontrar con destinos populares y con una tradición centenaria que por estas épocas se visten de blanco en ciudades como Beijing ante la llegada del invierno.

China continúa luchando por atraer a los visitantes extranjeros después de que eliminara completamente las restricciones por el Covid-19, mientras sustenta este sector en los millones de turistas locales que viajan al interior del país.

Solo en el primer semestre de este año, los ingresos del turismo nacional alcanzaron los US$318.000 millones, muy por encima de los US$155.000 millones en comparación con el mismo periodo del año anterior. Además, el gasto en viajes de los residentes urbanos supuso un aumento interanual de 108,9%, mientras que el de los residentes rurales subió 41,5%.

LOS CONTRASTES

  • Adriana ZamoraProfesional de viajes independiente

    “China es un atractivo turístico no solamente a fin de año, sino durante todo el año, y más cuando es la feria de Cantón Guangzhou”.

Ese turismo local, sumado a los esfuerzos por volver a traer a los visitantes extranjeros, se encuentran por estas épocas por la nieve, que augura la llegada de esta temporada, que puede ir hasta marzo con temperaturas que pueden descender fácilmente de los -10 grados centígrados.

Por eso, si se arma con un buen paquete de ropa térmica, puede visitar lugares como la Muralla China o el -paradójicamente- Palacio de Verano, que lo recibirán con una vista diferente que le recodarán los paisajes propios de una Navidad Occidental.

La Gran Muralla China

Antes de llegar al lugar, debe percatarse que no esté cerrado. Las tormentas de nieve, comunes por esta época, pueden hacer cerrar el sitio por seguridad e, incluso, si está abierto algunas zonas pueden estar bloqueadas por el clima. Desde la capital, hay varios puntos de acceso: el sector de Mutanyu, el de Badalin, Huanghua Cheng y el de Simatai. Dependiendo del que se escoja, el trayecto desde la capital puede ser de alrededor de 70 kilómetros o hasta más.

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Este monumento, con más de 8.800 kilómetros, fue construido para repeler los ataques en contra del territorio, a pesar de que mongoles y manchúes lograron atravesarla siglo atrás. Tenga en cuenta que por la nieve algunos tramos pueden ser resbaladizos, especialmente en las bajadas. Sin embargo, al estar allá podrá disfrutar de uno de los patrimonios de la humanidad, pintado de blanco en medio del camino sinuoso que atraviesa las montañas.

El Palacio de Verano

A pesar de lo paradójico de hacerlo durante el invierno, el Palacio de Verano es otra de las atracciones que puede visitar estando en Beijing.

Este es un lugar construido en 1750, con más de 290 hectáreas y que servía como un sitio de descanso para la dinastía Qing. Está rodeado por el Lago Kunming, que ocupa tres cuartos del área total del Palacio. Durante el invierno, la nieve dibuja un paisaje particular acompañado de un lago que se comienza a congelar por las bajas temperaturas.

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En el lugar, además, puede disfrutar de la vista que deja la diversidad de templos, palacios y jardines que se pueden encontrar. Durante la temporada alta, el precio de la entrada puede estar sobre los US$4,20. En 1998, fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Aproveche las compras

Si quiere un descanso para el frío, los centros comerciales o los outlets pueden ser una opción. Beijing es un destino de compras excepcional para los turistas, ofreciendo una amplia gama de experiencias que van desde marcas de lujo hasta opciones más accesibles.

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La ciudad cuenta con distritos comerciales de renombre mundial, como la avenida Wangfujing y la calle Qianmen, donde los aficionados a las compras pueden explorar boutiques de diseñadores internacionales y centros comerciales.

Para aquellos que buscan ofertas, los outlets en las afueras de Beijing son una opción atractiva. Ofrecen descuentos en marcas populares, proporcionando una experiencia de compra más asequible sin comprometer la calidad. Además, la ciudad es conocida por sus mercados de imitaciones, como el famoso Mercado de la Seda y el Mercado de Hongqiao, donde los visitantes pueden regatear por productos que imitan marcas de renombre.

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