Ocio

Compañeros de entrenamiento

Alexander Obando

El deporte, entre otras cosas, es competencia. Por esa razón, los que compiten con nosotros son tan importantes como los que entrenan a nuestro lado.

Por eso hay que tener en cuenta que los distintos elementos de una excelente preparación (buena alimentación, jornadas de entrenamiento y descanso apropiadas, etc.) quedarán incompletos al momento de competir si no hemos tenido la compañía “ideal” en nuestros entrenamientos.

Los más afortunados pueden gozar de compañeros un poco mejores, que les motivan a dar ese porcentaje extra que represente mejores registros.

Sin embargo, también podemos encontrar un amigo desmotivador, alguien con objetivos inferiores y que, tal vez, no necesite entrenar con la misma exigencia; aquel amigo a quien no le importa dejar la sesión a medias.

En ese caso, más vale entrenar solo, pues con el tiempo nos sentiremos menos culpables si faltamos al entrenamiento, quizás dos veces por semana, o quizás más; pues siempre y cuando entrenemos más que nuestro compañero, nos parecerá “suficiente”. Si todo lo anterior empieza a suceder con uno de nuestros amigos, ha llegado el momento de buscar un nuevo compañero deportivo.

Por el contrario, un colega aventajado no es un problema, pero es necesario ponerse de acuerdo en las distancias e intensidades, intentando “igualar” fuerzas; ya que tampoco queremos hundirnos psicológicamente al no acercarnos a sus logros.

Otro aspecto importante tiene que ver con el cumplimiento. Tener que cambiar de plan a última hora puede ocurrirle a cualquiera, pero será una distracción innecesaria si sucede frecuentemente.

En conclusión, necesitamos partners que generen confianza; cuya camaradería y competitividad arroje energía positiva; en otras palabras, que estén dispuestos a cumplir con los entrenamientos y, lo más importante, que se sientan tan comprometidos con el deporte como nosotros lo estamos, para que los objetivos lleguen a un lugar más o menos común.