Cultura

#Con-Texto | "Día a día", la obra que enmarca la sabiduría en la cocina

María Villegas logró un matrimonio perfecto de recetas y sabiduría del cual se desprende el libro “Día a Día ¡Relájate y come delicioso!”

Lewis Acuña

Al cocinar solo existe el ahora. Aristóteles, el gran filósofo, sostuvo siempre que los hábitos relacionados con el comer y el beber son piedra angular de la civilización. Auguste Escoffier, considerado el fundador de la cocina contemporánea, dijo que “la buena comida es la base de la verdadera felicidad”. Hacer una crêpe podría ser el ejemplo perfecto para el principio: “un problema no puede resolverse en el mismo nivel de conciencia desde el que fue creado”, dijo Albert Einstein; al ponerla sobre la sartén y quedarse simplemente observando la superficie su otra cara se estará quemando. Hay que ver las circunstancias desde diversos ángulos. Toda una lección de vida.

María Villegas logró un matrimonio perfecto de recetas y sabiduría del cual se desprenden estos datos. Pudo haberlo llamado “Resabiduría” o “Sabireceta”, pero lo llamó simplemente “Día a Día ¡Relájate y come delicioso!”. Y se parece a ella. Una hipnoterapeuta clínica en la que confluyen perfectamente su carrera en el mundo editorial con más de 40 libros, otra como nutricionista y una mas de chef. Además de otorgarse otro título, asegura que “soy coleccionista de historias que de alguna manera demuestren que todo es posible. Historias de personas que han logrado encontrarse a sí mismas o encontrar un pedacito de su esencia a través de la cocina en la historia de la humanidad”.

Tal como la cocina y la filosofía parte de un cuestionamiento básico. “¿Qué vamos a comer hoy o qué vamos a cocinar hoy? Mi propuesta es solucionarle a todas las personas esa pregunta que nos hacemos en todas las casas, todos los días, la cual a mí personalmente me desespera”. Lo dice sin pudor y entre risas. La respuesta, 128 recetas en 249 páginas.

Preparaciones saludables e incluyentes para todos las tendencias alimenticias y sus respectivos postres, o “pequeñas indulgencias”, como los llama. “Tengo la filosofía de que uno tiene que vivir la vida según el 80/20 y hay momentos en donde uno está obviamente haciendo las cosas bien y comiendo lo mejor posible. Lo más nutritivo, colorido y fresco; pero hay días en los que uno dice ‘que delicia comerme esta tajada de este ponqué’ y también debe haber espacio para eso”.

La filosofía siempre presente, además del pensamiento y la reflexión. Es que esa es su forma de sentir lo que hace en la vida y en la cocina, que para ella terminan siendo inseparables. “Para mi es como un espacio muy meditativo donde uno se conecta con los cinco sentidos, donde estás verdaderamente desarrollando la famosa consciencia plena desde todos los ángulos y entonces uno llega a ciertos entendimientos y aprendizajes. Uno va surfeando las olas de la vida y se le presentan cosas sin saber que hacer con ellas y de repente, cocinando, decía ‘claro, esto es exactamente lo que tengo que hacer’ y llegaba a esos entendimientos, por ejemplo, dándole la vuelta a una crêpe”, asegura.

El mezclar con los ingredientes precisos luce como un arte en su vida y sus manos. Con toda sencillez concluye: “la cocina es un idioma con el que una vez aprendido puedes hacer poesía”.

*En 1915, Albert Enstein le escribió a uno de sus hijos que a menudo estaba tan absorto en su trabajo que se le olvidaba almorzar. ¿A dónde más hubiera llegado de dedicarle tiempo a la preparación de crêpes?

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