¿Concierto cancelado?, estas son las opciones para no perder el dinero de la boleta
martes, 30 de septiembre de 2025
Si el evento se cancela por algunos inconvenientes con los documentos de la organización, el dinero de las boletas será devuelto en su totalidad a los usuarios
Cuando un concierto se cancela no solo se apagan las luces del escenario, también se activan los protocolos legales y de devolución de dinero que algunos desconocen.
Esto es justamente lo que está ocurriendo en estos momentos tras la cancelación del concierto de Kendrick Lamar programado para el fin de semana pasado, que dejó a miles de fanáticos con la incertidumbre de qué pasará con sus boletas.
Aquí es clave que usted conozca cómo actúa la regulación y cómo responden los promotores en cada caso. Por ejemplo, frente a conciertos pasados que se han cancelado, Gabriel García, CEO de Páramo, aseguró que “en cada caso los consumidores deben comunicarse con los organizadores y con la tiquetera, por los canales de PQRs, a menos que el organizador dé una instrucción diferente por medio de sus canales oficiales”.
Asimismo, tanto Ticketmaster como Tuboleta tienen diferentes procedimientos específicos para los reembolsos. Es por ello que Ticketmaster establece en sus términos y condiciones que, en caso de cancelación, es posible que devuelvan el valor pagado por la boleta, aunque es importante destacar que se deben seguir a cabalidad los procedimientos establecidos por la compañía para que el reembolso sea exitoso.
No obstante, en caso de aplazamiento, ya sea por fecha o lugar, el comprador puede decidir si en efecto asiste a la nueva fecha o si solicita el reembolso, bajo los términos y condiciones dispuestos por la tiquetera, además de que tiene un plazo mínimo de cinco días hábiles para radicar la solicitud; de no ser así, se dará por entendido que el comprador se siente conforme con los cambios.
Frente a Tuboleta, se aclara que su servicio de “Asistencia Tuboleta” no cubre los eventos que sean cancelados o reprogramados, y que en esos casos la responsabilidad recae únicamente en el organizador.
Sin embargo, no todos los sucesos son iguales, debido a que la situación cambia cuando la cancelación es por motivos de fuerza mayor. “Han existido eventos que se han cancelado por fuerza mayor como un toque de queda y, aunque eso depende del organizador, es común que no se devuelva el dinero por este tipo de circunstancias”, aseguró García.
Asimismo, existe otro caso, que es cuando se compra una boleta a los revendedores. De acuerdo con el abogado Abel Cupajita Rueda, socio y director de Sescol Tax & Legal Abogados, “si la boleta fue adquirida a través de un revendedor no autorizado, por ejemplo, en plataformas informales, redes sociales o terceros que no hacen parte de la organización del evento, la situación se complica. En estos casos no existe una relación contractual directa entre el consumidor y el organizador, por lo que la protección del Estatuto del Consumidor puede verse limitada”.
Allí la única solución sería contactar al revendedor y que este devuelva el dinero. De lo contrario, para estos casos, el comprador puede intentar tomar acciones legales en contra del revendedor por incumplimiento contractual o incluso por estafa, pero necesita identificarlos y tener cómo demostrar aquella transacción.
Referente a este tema, Diego Burgos, director general de Ticketmaster Colombia, comentó que “si las entradas fueron adquiridas a través de un tercero, el reembolso se realiza únicamente al comprador original registrado en Ticketmaster, ya que es el titular del método de pago de esa entrada”.
Por otro lado, desde el punto de vista legal, la compra de una boleta no es un simple actor comercial, pues es considerado como un contrato de prestación de servicios en el que el consumidor está pagando por recibir un espectáculo bajo unas condiciones específicas de lugar, tiempo y características.
Teniendo en cuenta esto, la Ley 1480 de 2011 o el Estatuto del Consumidor se encarga de garantizar el derecho a recibir información completa y veraz, además de proteger contra publicidad engañosa, y sobre todo, vela por el reintegro total del dinero pagado cuando el servicio no es prestado.