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Conozca el nuevo resort de lujo que está de moda

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Expansión - Madrid

Los propietarios del resort, responsables también del multipremiado Baros, y originarios de Maldivas, han dado en la diana en algo tan importante en esta reserva de la Biosfera como elegir el emplazamiento atendiendo a sus ricos recursos acuáticos y submarinos y a la calidad de sus playas. Amplias y soberbias. Y vacías. Nemo por toda compañía. Y algún pequeño tiburón completamente inofensivo. Solo 50 villas, repartidas entre el atolón y su extensión sobre el agua. Estas últimas, las water villas, son la mejor opción, pues las situadas en el atolón quizá ofrezcan algo menos de privacidad. Pero es solo cuestión de tiempo que la abundante vegetación recién plantada forme espacios verdes y frondosos.

Las villas son amplísimas (mínimo 245 metros cuadrados), decoradas con gusto contemporáneo en tonos claros y con grandes piscinas privadas infinitas que se abren al Índico. Mención especial merece la Ocean Residence, más de 300 metros cuadrados en la mejor localización del atolón y con suelos de cristal que permiten observar esas aguas, esos colores, esas mantas rayas. Como en otras villas y en las zonas comunes, priman los materiales naturales, los muebles hechos a mano y piezas de artesanía. Uno de sus restaurantes, Ba’Theli, es de los más especiales del país. Comida maldiva en unos espacios que reproducen las embarcaciones tradicionales de madera para ir de isla en isla. La puesta de sol desde ellos es memorable, igual que el desayuno. Miembro de Small Luxury Hotels of the World, cuenta con gimnasio, excelente spa y un equipo joven y profesional. No admite niños menores de 9 años. Desde 1.150 euros (US$1.289).