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De París a Moscú, hinchas franceses celebran enloquecidos el nuevo título mundial

Francia conquistó su segundo título mundial al superar 4-2 a Croacia en Moscú, replicando la hazaña de 1998

Reuters

Millones de hinchas franceses celebraron enloquecidos tras el pitazo final que le dio a su selección el título mundial, abarrotando las calles en Moscú, París, Marsella y otras ciudades europeas.

Francia conquistó su segundo título mundial al superar 4-2 a Croacia en Moscú, replicando la hazaña de 1998 conseguida como local.

En París, donde 90.000 personas se congregaron junto a la torre Eiffel para ver el partido en pantallas gigantes, se cantó la Marsellesa y los bocinazos y cientos de miles de banderas francesas rojas, blancas y azules inundaron las calles.

Las explosiones de fuegos artificiales y petardos llenaron el aire. A lo largo de la capital, los conductores tocaban el claxon incesantemente. El grito de "Somos campeones" resonó desde el Sacre Coeur en el norte de la ciudad hasta la Sorbona en la margen izquierda.

Incluso antes del pitazo final, las multitudes se reunían en los Campos Elíseos, el elegante bulevar arbolado que llega hasta el Arco de Triunfo, tradicional lugar de celebración para los franceses.

"Es asombroso lo que han hecho", dijo Josh, de 41 años, que viajó de Bretaña a París para ver el partido. "Pogba, Mbappé, Grizou, están en la cima del mundo", destacó, nombrando a sus futbolistas favoritos.

"¡Somos campeones del mundo! Es fenomenal, simplemente fenomenal", agregó.

Incluso los futboleros que no apoyaban a Francia pero que estaban en la capital francesa para el juego fueron superados por la ocasión y las increíbles escenas de celebración.

"Francia no es mi equipo, pero estoy muy contento por ellos", dijo Sarah, una joven de 24 años de Birmingham que estudia medicina en París.

Los canales de televisión franceses mostraron escenas de celebración en Marsella y en el sur de Francia, mientras que en Moscú, adonde llegaron decenas de miles de hinchas para ver el partido, al igual que el presidente Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, hubo lágrimas de alegría entre el mar de banderas de color rojo, blanco y azul.

"Es increíble", dijo Brioche Pasquier, de 57 años y quien vio el partido en el estadio. "Estoy feliz. Llegué a Moscú esta mañana especialmente para la final".

El entrenador Didier Deschamps elogió a su equipo a pesar de muchos signos de nervios al comienzo del juego. "Esto es maravilloso. No jugamos un gran partido pero mostramos una gran fortaleza mental", dijo el DT tras el encuentro.

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