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Diciembre, invitación al consumo de tiempo y servicios

Primero que todo puntualicemos que los eventos son considerados como actividades que se salen de la cotidianidad,  dichas actividades por lo general requieren de preparación, lo cual conlleva tiempo, esfuerzo y presupuesto.  En ese orden de ideas en el doceavo mes,  no solo se consumen productos, sino también  intangibles y sobretodo, algo muy importante, el tiempo.  

El tiempo es  uno de los bienes, por así decirlo, más preciado, deseado, apetecido y muchas veces mal invertido, por esta época del año. Las personas en su afán por terminar labores, cerrar ciclos, hacer compras, visitar amigos y asistir u organizar  actividades propias del fin de año, terminan administrándolo mal  o saturándose de tal manera, que definitivamente los días de diciembre se convierten en caóticos y absorbentes, dejando el sin sabor de la impotencia y el cansancio, que muchas veces nos lleva a preguntarnos ¿Por qué diciembre es una época tan esperada?  

De hecho diciembre es un mes tan importante  en términos de negocio que requiere  de tiempo extra, para analizar lo ocurrido y a partir de allí hacer las proyecciones de los meses venideros, pero esto acompañado de toda la euforia y las ocupaciones de fin de año, hacen que se consuman horas de una manera desproporcionada, lo cual conlleva a hacer proyecciones y cierres de manera cansada y muy seguramente desenfocadas, con respecto a lo ocurrido y lo que se espera con el año que llega.

Pero aparte de consumir tiempo y productos, la época decembrina también nos lleva a consumir un sin numero de intangibles, los cuales por la velocidad con la que se vive este momento del año, no son tomados muy en cuenta, y es que el consumo de servicios en Navidad y fin de año tiene una incidencia tan importante como las compras.

Es usual que bajo la excusa del encuentro con amigos,  el compartir una novena o el simple hecho de empacar los regalos, el consumo de servicios esté a la orden del día.  De hecho hace un tiempo, el servicio podría asociarse como una especie de acompañamiento a la compra, pero ahora el servicio es tan determinante como la compra en sí,  por esta razón  la atención al cliente, en el caso de almacenes, ha hecho que los vendedores se conviertan en especialistas en ciertas áreas, es decir, que se busca optimizar la experiencia del cliente en el lugar de compra brindándole asesoría especializada, y ampliando dicha atención a zonas que en otros momentos del año no existen, como es el empaque de regalos sin costo adicional, lo cual se traduce para los compradores como un alivio en tiempo y labores propias de la Navidad.

Pero el consumo de servicios es tal que, como se mencionó al principio, los eventos de Navidad y fin de año,  se han convertido en dinamizadores de la economía colombiana, ya que no hay otro momento en el año en el que empresas y familias inviertan presupuestos importantes en celebraciones.